Aprender un idioma tiene dos aspectos: el aspecto teórico y el práctico. El primero no nos cuesta tanto, aprendemos rápido qué tenemos que poner dónde, qué tenemos que decir cuándo, cómo tenemos que pronunciar. El aspecto práctico, en cambio, requiere un poco más de tiempo; el lado práctico necesita, pues eso, práctica: práctica, para que salga de nuestra boca sin pensar –o casi sin pensar– eso que hemos aprendido en la teoría; práctica, para superar la incomodidad que genera expresarse en una lengua extraña y poder sentirnos a gusto hablando en ella. Se aprende practicando. Cuanto más, mejor. Por eso, nuestros talleres, clubes de conversación y clubes de lectura te ofrecen una oportunidad inmejorable de poner en práctica –todavía más– lo que has estudiado en el aula. Aprenderás mucho y, además, te lo pasarás genial.
25 de September de 2024