El txoko del aprendizaje

.autónomo

 

Sección: Michael McGrath

Bienvenidos de nuevo al Txoko del Autoaprendizaje. En este artículo, quiero tratar el tema de vocabulario y de cómo se puede organizar para poder adquirir o aprenderlo mejor. Antes de seguir, quiero dejar claro que cuando utilizo la palabra “palabra” me refiero a palabras individuales, compuestos o incluso a expresiones..

 

 

El VOCABULARIO

Michael McGrath trata en este artículo el tema del vocabulario y de cómo organizarlo para aprenderlo mejor

Un hecho obvio es que el léxico nuevo que vamos encontrando tanto en el aula como fuera de ella es desordenada por naturaleza. Si echáramos una ojeada a un cuaderno de clase de una alumna de castellano de 4 nivel, por ejemplo, de una clase cualquiera encontraríamos las siguientes palabras nuevas apuntadas en orden cronológica: “hipoteca”, “tacaño”, “no tiene pelos en la lengua”, “alucinar”.

A primera vista no parece que tengan mucho relación entre ellas, sólo que son del mismo idioma. ¿Qué puede hacer nuestra alumna de castellano para convertir este léxico en vocabulario activa ?.
Vamos a seguir un poco la vida de estas palabras. En primer lugar, la alumna cogerá su cuaderno de vocabulario personal (quizá el más importante de la gran gama que tiene), apuntará las palabras nuevas en orden cronológico y las enumerará. Al final del curso tendría unas 400. El resto del cuaderno consistirá en unos 20 apartados que corresponden a campos semánticos p.ej. ropa, comida, dinero, personalidad, viajar, sentimientos y sensaciones etcétera. Se destinarían unas seis páginas a cada apartado.
 

En segundo lugar, la alumna metería el léxico nuevo en el apartado más relevante desde su punto de vista. Por ejemplo, podría meter “hipoteca” en “dinero”; “tacaño” podría meterse en “dinero” también o quizá mejor, en “personalidad.” “Alucinar” podría meterse en “sentimientos y sensaciones.” Obviamente, sería mejor hacer categorías dentro del campo semántico. Por ejemplo, en el apartado “sentimientos y sensaciones”, podríamos poner las siguientes categorías: “miedo” (asustado, meterle miedo a alguien, pavor, etc.), “alegría” “estar en el séptimo cielo” (más feliz que unas pascuas) “rabia” (estar encabronado, estar enojado...) etcétera.

Esto sería un buen comienzo pero hay que hacer mucho más si se trata de recordar y utilizar bien el léxico. Al meter el nuevo léxico, nuestra alumna tiene que tener en cuenta los siguientes puntos:

* Primero: y no puedo insistir más en esto. Lo que se denomina el “co-text.” “Dime con quien andas y te diré quien eres.” Quiere decir las palabras que suelen acompañar una palabra en concreto. Este concepto es fundamental en la adquisición de lenguaje. Volviendo a nuestros ejemplos anteriores, por ejemplo, “hipoteca.” ¿Cuáles son los verbos que más se utilizan con esta palabra ? ¿Cuáles son los adjetivos que más se utilizan con este nombre ? Y ¿“tacaño”? ¿Lleva algún adverbio en concreto ?

* Segundo: Las formas gramaticales del léxico: No tenemos que olvidar que el significado léxico de una palabra dicta qué formas gramaticales va a tener. En el caso de un verbo, podemos preguntarnos en qué tiempos se suele utilizar este verbo. ¿Es normal emplearlo en el futuro? O en ¿qué forma? Afirmativa, interrogativa o negativa? Por ejemplo, para utilizar la frase idiomática “tener pelos en la lengua” el alumno tiene que saber que normalmente se utiliza en forma negativa. “Trabas” se utiliza normalmente en plural. Este tipo de información puede proporcionar el profesor y/o un buen diccionario.

* Tercero: Es muy importante que la alumna saque ejemplos reales de su propia vida y experiencia. Cada palabra nueva debe ir acompañada por un ejemplo en forma de frase del tipo: “Mi tía Pilar era muy tacaña.” “Me alucina lo caradura que es mi hermano, Carlos.” (en la cena de Navidad lo que le dijo al ....) “Estoy pagando una hipoteca de 250 euros mensuales del piso que tengo en la Txantrea” “Mi amigo Angel no tiene pelos en la lengua.” “Una vez molestó mucho a mi padre.” Una manera de reforzar estos conceptos nuevos es añadir elementos ya conocidos. Por ejemplo, “Mi tía Pilar era tacaña pero la tía Carmen era muy generosa.” Estos tres puntos son muy importantes.

Para acabar, voy a sugerir dos métodos para repasar el léxico que nuestra alumna va acumulando. En el primero, vamos a basarnos en lo que ella puede saber en vez de lo que no. He decidido que quiere repasar el léxico referente a “Salud”. Lo que puede hacer en primer lugar es apuntar las diferentes categorías del apartado en un papel (“enfermedades”, “personal”, “lugares” “equipamiento” “tratamientos”) y luego hace una tormenta de ideas para ir llenando estas categorías. Así, hace un esfuerzo para recordar y además la asociación de ideas le puede ayudar p. ej. igual al escribir “jeringa” recuerda en seguida “aguja.” Ahora vamos a volver a la lista de léxico nuevo que tiene guardado en orden cronológico que no tiene ningún otro tipo de organización. La idea del siguiente método está basada en la adquisición de léxico y sus varias etapas. Para una persona adquiriendo o aprendiendo un idioma, hay varias fases entre no saber una palabra en absoluto y saberla completamente. Una palabra puede estar “colocada” en su vocabulario pasivo o en su vocabulario “casi activo.” Sería interesante para la alumna poder medir el nivel de adquisición del nuevo léxico. Aunque sea una manera muy rudimentaria, el siguiente método le puede servir.

Apunta unos seis ó siete números al azar. Estos números corresponden al léxico de la lista. Al encontrar las palabras, coloca una “A” “B” “C” o “D” al lado. “A” quiere decir que sabe el significado de la palabra y sabe utilizarla correctamente en el contexto adecuado. “B” quiere decir que aunque conozca el significado de la palabra y la entiendo perfectamente, tendría problemas a la hora de utilizarla con precisión. “C” quiere decir que a la alumna “le suena” de algo la palabra. Igual la entendería en un contexto concreto pero apenas podría utilizarla. “D” quiere decir que no sabe o no recuerda nada de la palabra.
Al hacer este ejercicio, vemos lo siguiente: 95) alivio B 109) panacea A 138) mal logrado C 145) chollo B. La alumna tendrá que buscar “mal logrado” de nuevo y ver y/o escribir ejemplos con esta palabra. Le costaría menos en los casos de “alivio” y “chollo”. Al volver a la lista más tarde, la alumna intentaría convertir las “D” en “C” y las “C” en “B” y las “B” en “A”. Y por supuesto, evitar lo más posible que las “A” se conviertan en “B” o “C.”

Quizá muchas personas estudiando en la escuela pensarían que lo expuesto aquí supone mucho trabajo y tiempo. Igual es verdad pero yo creo que sería una buena inversión de esfuerzo y tiempo. Además, si se trata de autoaprendizaje de verdad las sugerencias que he hecho en este artículo van en línea con esta filosofía. Me encantaría oír vuestras ideas o sugerencias para el aprendizaje de léxico. A ver si l@s alumn@s de la E.O.I. podéis ayudar a l@s profesora/es a entender el problema (si es problema) mejor.

Michael McGrath