El txoko del aprendizaje

.autónomo

 

Sección: Michael McGrath

El aprendizaje de una lengua no se acaba dentro del aula. Si realmente quieres que el idioma que aprendes o quieres aprender sea un verdadero instrumento de comunicación con otras personas debes continuar aprendiendo también fuera del aula. No te auto-limites.


Las posibilidades de aprender sin el profesor son múltiples. Tenemos los medios de comunicación: televisión por satélite, radio, internet, prensa, revistas, los turistas que se acercan por la vieja Iruña, los estudiantes de otros paises que están estudiando en nuestras universidades. Podemos leer libros en el idioma que estudiamos sobre cualquier temática; seguro que encontraremos el libro que habla de aquello que nos interesa: deporte, arte, flora, fauna, arquitectura, ficción, intriga...


En el caso de nuestra lengua, el euskara, cada vez se habla más en las calles de Pamplona, hay comercios en los cuales puedes comprar en euskara, hay asociaciones culturales que te ofrecen multitud de actividades en euskara: charlas, talleres, ciclos de cine, cursillos variados... Los pueblos de la montaña son pueblos en los cuales podrás practicar el euskara que estás aprendiendo en la Escuela de Idiomas.


En fin, como veis hay muchas oportunidades que se pueden aprovechar. En la revista VOX POPULI hemos creido necesario crear este TXOKO del APRENDIZAJE AUTÓNOMO para que nos contéis aquellas estrategias, aquellos trucos que utilizáis cuando os enfrentáis a la tarea de aprender un idioma.

 

PREMIO A LA MEJOR EXPERIENCIA DE
AUTOAPRENDIZAJE

¿Qué truco, qué estrategia te funciona a la hora de aprender? ¿Cómo mejorar la pronunciación? ¿Cómo superar la vergüenza ante un nativo?.
A partir del próximo número de VOX POPULI daremos un premio a la mejor experiencia de autoaprendizaje. Cuéntanos lo que te va bien. Escríbelo en unas líneas y entrégaselo a tu profesor. Este nos lo dará a nosotros, y entre las aportaciones recibidas, sortearemos un lote de libros y música.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Josu, Maite, Iñaki, David y Amaia son alumnos del 2º curso de xxxxx.
A Josu le encanta leer. Está enamorado de Tolkein y quiere leer el “Hobbit” y “El Señor de los Anillos”. Pone bastante empeño pero le cuesta mucho.
Maite trabaja en el departamento de ventas de una empresa que tiene bastantes clientes en el extranjero. A menudo tiene que hablar por teléfono o mandar faxes en el idioma que está estudiando.

A Iñaki le encanta la música actual, de la cultura del idioma que está estudiando le interesa escuchar canciones y buscar cualquier tipo de información sobre ellas. Cree que aprende bastante con esta afición pero no está seguro.

David trabaja en una multinacional y le toca leer bastantes informes o artículos en la lengua que está estudiando. No le resulta una tarea gratificante pero tiene que hacerlo. Tiene que buscar muchas palabras en el diccionario y luego no se acuerda de ellas.

Amaia tiene una hermana que vive en el país del idioma que está estudiando. A menudo le entran ganas de escribir a sus sobrinos o hablar con ellos pero se agobia mucho y tiene bastante sentido del ridículo.

Su asistencia a clase es buena pero tienen la sensación de que no progresan lo suficiente para poder utilizar el idioma para ayudarles con sus aficiones o necesidades. Su profesor no sabe lo que acabo de contar. Sabe que asisten a menudo a clase. Sabe la nota del último examen que realizaron. Sabe que no saben expresar ciertos conceptos temporales y les cuesta mucho la pronunciación de ciertos fonemas. Para mejorar tienen que estudiar mucho y leer mucho.

En este contexto, que no me parece tan ajeno a ciertas experiencias en el aula, quiero tratar el tema del autoaprendizaje. Y espero que al final del artículo no penséis como el amiguito de Charlie Brown...

Obviamente el aprender un idioma en grupo “convencional” tiene ciertas ventajas pero si nos centramos en algunas de sus limitaciones quizás comprenderemos mejor la filosofía detrás del autoaprendizaje. Tal y como comenté en la última revista, dadas las muchas diferencias existentes entre los miembros de un mismo grupo, es muy difícil diseñar (o imponer) un programa correcto o enfoque correcto para un grupo de estudiantes. Otra limitación es la tendencia de demasiados libros de texto (y por consiguiente el/la profesor(a) de presentar y practicar el lenguaje de manera aislada y en un orden lineal. primero, se estudia X, y luego Y y luego Z. Un idioma es un mundo vasto y complejo y las horas de clase, aunque bien aprovechadas, no pueden abarcar todos los elementos necesarios para asimilar y practicar el nuevo lenguaje. Esto simplemente explica el porqué del estudio fuera de clase. Lo que está claro es que el objetivo principal de cualquier curso de idioma debería ser ayudar a los alumnos a utilizar el idioma eficazmente fuera del aula. Pero la pregunta clave aquí es ¿Cómo? ¿Cómo pueden los alumnos invertir su tiempo en prácticas útiles, motivantes e interesantes fuera del aula? Es aquí donde los profesores pueden hacer una labor importante. Un alumno puede preguntarse lo siguiente: Si yo quiero/tengo que leer más o mejorar mi pronunciación o aumentar mi léxico ¿cómo lo hago?

Se puede conseguir más autonomía por parte de los alumnos, dándoles las estrategias y herramientas necesarias en el aula en tiempo de clase para que vayan utilizándolas fuera de ella. (p. ej. el uso competente de un diccionario monolingüe; manejo del cuadro fonético; organización del léxico; varias maneras de acercarse a un texto etc.)

Volviendo a David; por ejemplo, lo que puede hacer para mejorar su comprensión lectora es lo siguiente.

Seguramente él entenderá sin demasiados problemas el léxico técnico de los textos que tiene que leer. Lo que podría hacer es hacer una “chuleta” con las diferente categorías del léxico que da cohesión a un texto; es decir, léxico para contrastar ideas, léxico para añadir información, léxico para comparar etc. (esto podrían hacer todos los compañeros de clase también si quieren) David puede utilizar dicha chuleta hasta que se familiarice totalmente con este tipo de léxico. Además podría aprender a hacer una serie de preguntas antes de leer el texto. Antes de leer un texto ,nuestra mente nunca es una tabla rasa. Siempre podemos aportar algo a un texto. El hacer preguntas antes de leer un texto puede ser una actividad normal y corriente en cualquier actividad de lectura en clase. Dichas preguntas pueden servir para una primera lectura extensiva (antes de otra más intensiva). Cada idioma tiene sus características particulares y en inglés técnico, por ejemplo, una se trata de las “noun chains” Si el profesor de David sabe que él tiene que leer textos técnicos podría decirle que se familiarice con estas “cadenas nominales.” (p.ej. product performance factor “el factor del rendimiento del producto”) e indicar la mejor manera de tratarlas. Es una característica muy extendida en inglés y creo que todos los alumnos de este idioma deberían ser conscientes de ella desde los niveles más elementales y, en este sentido, todo el grupo podría hacer un trabajo sobre este tema.

En esta primera parte, he querido quitar un poco del misterio que rodea el autoaprendizaje. Simplemente se trata de ayudar al alumno ser más autónomo en su aprendizaje. En la próxima trataré el tema de cómo organizar el léxico.