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Francois Zioko responsable de Medicus Mundi Navarra en la RD de Congo, acercó al alumnado de la Escuela Oficial de Idioma de Pamplona la realidad cotidiana –empezando por su idioma- del África Subsahariana Urbana a través del proyecto de cooperación en salud integral en Atención Primaria que esta ONG realiza en la populosa capital de este país, Kinshasa, y que ha recibido también el apoyo económico de la comunidad educativa de este centro a través de su Mercado Solidario de las últimas navidades.
África no es bosque, sabana y desierto. África son además sus ciudades. Grandes "selvas urbanas" donde se concentran no sólo millones de personas, sino también los problemas de exclusión y servicios básicos. La salud pública es fundamental y dentro de ella, reforzar su personal técnico y facilitar la accesibilidad de la población conforman dos pilares básicos de la lucha contra la exclusión social.
La República Democrática de Congo, situada en el África Subsahariana, es uno de los países más pobres del mundo con 71,34% de su población sumergida en la pobreza. Es un país especialmente vulnerable por los casi 10 años de conflictos armados, que han provocado una gran fragilidad de la estructura del Estado y una devastadora situación social. No obstante, la RDC es uno de los países con mayores riquezas naturales y con un gran potencial de crecimiento económico en los sectores hidroeléctrico, forestal y sobre todo minero: cobalto, cobre, cadmio, petróleo, diamantes, oro... Congo posee el 80% de las reservas de coltán, mineral imprescindible para la telefonía móvil mundial y que explotan principalmente las multinacionales extranjeras.
El sector salud es uno de los sectores más preocupantes con indicadores nacionales que se encuentran entre los peores de toda la región: la esperanza de vida al nacer es de 50 años (en Navarra es de 82 años), más del 12% de los niños mueren antes de cumplir 1 año y 1.289 mujeres embarazadas y/o parturientas mueren sobre 100.000 nacidos vivos (1 de cada 1.000).
La capital del país, Kinshasa, con cerca de 10 millones de habitantes reúne todos los problemas de las grandes ciudades de los países más pobres del mundo: hambre, enfermedad, subempleo, paro, pobreza, exclusión social, insalubridad, etc... Este es el día a día de las 780.000 personas que se hacinan en las zonas de Matete, Ngaba y Kisenso donde se desarrolla el proyecto. Estas zonas no disponen de alcantarillado, el suministro de electricidad y de agua son muy irregulares; la tasa de paro es muy elevada afectando principalmente a los hombres. Proliferan las actividades comerciales informales de subsistencia y los mercadillos; un pequeño comerciante gana medio euro al día y la visita del médico le cuesta más del doble. El nivel de instrucción de jóvenes y adultos es bajo, la escuela es de pago y pocos pueden permitírselo.
Medicus Mundi Navarra inició su apoyo a las tres zonas de salud en 2003. Con su actual proyecto (financiado por la UE, Gobierno de Navarra y ayuntamientos de Zizur Mayor, Noáin, Estella-Lizarra y Berriozar) 780.000 personas verán mejorada su atención sanitaria en las tres zonas de Matete, Ngaba y Kisenso de la ciudad de Kinshasa (República Democrática de Congo) en las próximos tres años incidiendo en dos piezas claves: los usuarios y el personal y sistema sanitario.
La población usuaria: eliminar barreras
Dos de cada tres enfermos no acuden al sistema de salud formal por su mala calidad o por que no tienen medios económicos. Los ingresos de un pequeño comerciante son de 0,58 euros al día y la consulta tipo cuesta 1,15 euros. El proyecto, junto a otras acciones (equidad de género, construcción de nuevos centros, suministro de equipamiento y medicamentos, salud sexual y reproductiva, participación comunitaria, …), tiene por meta crear un sistema que reparta (porcentaje) los gastos entre el usuario (un 55%) y el centro de salud (45%). Experiencias pasadas demuestran que así se logra incrementar llamativamente la cobertura sanitaria y también los propios ingresos del centro, que se traducen en mejoras salariales del personal sanitario (un enfermero gana de media 80 euros al mes), que, de nuevo, revierten en el paciente.
El personal sanitario: el motor del sistema
El otro factor clave en el que se incide es en potenciar el verdadero corazón del sistema sanitario: la gente que trabaja en él. Necesitamos equipos directivos y personal sanitario comprometido con el funcionamiento y la calidad de los servicios. Queremos que sientan que su esfuerzo beneficia a todos. Buscamos mejorar sus condiciones laborales para que se involucren íntegramente en su trabajo. En ese sentido, el personal de las ONG es un ejemplo de trabajo para el resto de funcionarios congoleses. Esta es también la estrategia estatal del Ministerio de Salud que busca fortalecer la salud pública en cada barrio y región. La filosofía del las autoridades de la RD del Congo, de Medicus Mundi y de los financiadores confluyen en esta apuesta por una sanidad pública.
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Este país, con más de 221 lenguas, es el más multilingüe de África
El francés es la lengua oficial de la República Democrática del Congo. La RDC, sería según algunas estadísticas, el primer país francófono por delante de Francia.
Hay 4 lenguas autóctonas que tienen el estatus de lengua nacional : kikongo, lingala, swahili y tsiluba. En el plano lingüístico, esta antigua colonia belga es uno de los países más multilingües de toda Africa: 221 lenguas en una población total de 43 millones de habitantes. Sin embargo 186 lenguas pertenecen a una única familia la bantú y las otras a la familia nilo-sahariana
Este plurilingüismo excepcional tiene tres componentes: las lenguas locales o étnicas, las lenguas nacionales y la lengua oficial.
Las lenguas locales
Todos los congoleños hablan una de las 200 lenguas étnicas; su uso es local y sirven de comunicación entre las diversas comunidades. Los que sólo hablan una lengua étnica son ciudadanos poco escolarizados de zonas rurales. Las lenguas étnicas tienen poca consideración entre la opinión pública. El número de hablantes suele variar entre 5.000 y 70.000, una veintena tienen más de 100.000, sin embargo hay 3 lenguas que tienen más de un millón de locutores.
Una de esas lenguas es el kinyaruanda que no es una lengua congolesa sino que es lengua emigrante que llegó desde Ruanda en oleadas a lo largo de todo el siglo XX. Los que la hablan son refugiados hutus y tutsis que viven en el Norte y son percibidos como extranjeros por los congoleses sobre todo desde el inicio de los conflictos armados de 1993 que los enfrentan a grupos étnicos congoleses. Los Banyarwanda o Banyamulenge, unas 400.000 personas, ya no son ruandeses pero tampoco se les califica de "auténticos" y mantienen un estatus controvertido para muchos congoleños que los consideran como una "minoría agresiva". Recordemos que, durante el genocidio rwandés de 1994, más de un millón de personas huyó de Ruanda para refugiarse en el Congo. Las lenguas nacionales
El kikongo, lingala, kiswahili y tshiluba cuentan con un público más amplio y una mayor expansión a nivel nacional gracias a la Administración, la justicia, las escuelas primarias, los medios de comunicación y la evangelización. Las cuatro dividen el país en cuatro grandes áreas lingüísticas:
- El swahili o kiswahili con 9 millones de hablantes ..en el Este, los Grandes Lagos y en Kenia y ...Tanzania.
- El lingala con 8,5 millones de hablantes en la ..capital Kinshasa, las regiones del Medio y Alto ..Congo y la República Centroafricana. Al ser la ..lengua de la capital es la más prestigiosa.
- El kikongo, con dos millones de hablantes en el ...Bajo Congo y Angola
- El tshiluba, con 6 millones de hablantes en el Sur
Estas lenguas de gran difusión se impusieron antes de la colonización y hoy son lengua materna y segunda para unos 30 millones de congoleños, el 80% de la población. Las usan las capas sociales más escolarizadas y urbanas, como lenguas supra-regionales o para la comunicación interétnica en las ciudades. Tres de las lenguas nacionales, lingala, swahili y kikongo son de formación reciente. Su historia está ligada a la de la colonización del Congo y no pertenecen a ninguna comunidad etnolingüística del país. Esta ventaja permite al lingala y al swahili, jugar su verdadero papel de lengua vehicular. En cuanto al tshiluba, sus orígenes remontan al siglo XV y está ligada a la historia de las comunidades que la hablan. El prestigio de una u otra de las lenguas nacionales ha estado históricamente condicionado por la lengua materna de los sucesivos dictadores.
La lengua oficial
A las lenguas congoleñas se superponen el francés y el inglés. Apenas un 10% de los congoleños, unos 4 millones de habitantes, habla francés y sólo un 1% habla inglés. El francés, la lengua oficial, es siempre lengua segunda entre aquellos que la hablan. La competencia de los hablantes de francés es muy desigual y varía entre el medio rural y el urbano.
La mayor parte de los congoleños practican una diglosia desequilibrada, o mejor aún una triglosia si además saben francés. Emplean su lengua materna (o étnica) para las relaciones familiares o Inter.-étnicas, la lengua vehicular regional —kikongo, lingala, swahili et tshiluba— en la vida urbana en general: comercio, administración local, educación (primer ciclo de primaria), prensa, radio y televisión. Los que saben francés (triglosia) tienen por el hecho de hablarlo, acceso a todas las esferas del poder y del conocimiento. De momento, sigue siendo la lengua del Estado y del derecho. Sin embargo, el recuerdo del apoyo de Francia a la dictadura de Mobutu: 1965-1997 está presente en el espíritu de muchos congoleños y muchos universitarios predicen la muerte del francés y su sustitución por el inglés sin reparar en que los EEUU sostuvieron también al antiguo dictador. Mobutu apostó siempre por el francés.
El inglés está aún poco extendido pero tiene muchos defensores sobre todo por razones políticas, económicas y culturales ligadas a la proximidad con los países anglófonos vecinos. El prestigio del inglés aún no ha minado la base del francés en el espíritu de los congoleños que consideran la lengua colonial transmitida por Bélgica como un elemento de su patrimonio cultural. Acostumbrados a la coexistencia lingüística, los congoleños prefieren un uso doble entre el inglés y el francés como lenguas de cultura con el fin de facilitar la movilidad de ciudadanos en un país fronterizo con países francófonos o anglófonos. |