No
hay lenguas fáciles ni difíciles
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. todas son absolutamente iguales |
Texto:
Luis Ángel Gómez (El Correo Vasco)
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Entrevista con Juan Carlos Moreno Cabrera, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid | |
El lingüista inauguró en Bilbao el curso académico de euskaldunización de adultos organizado por HABE. Juan Carlos Moreno Cabrera se ríe cuando se le recuerda que es el primer experto no vascoparlante que abre el curso de euskaldunización de adultos. Pregunta: 'Del bilingüismo pasivo al activo', reto tan atractivo como complejo. J.C. Morenos: Pues sí. Como todos los conceptos que tienen que ver con los usos de las lenguas, el problema del bilingüismo es que está 'contaminado' políticamente. |
P: ¿En qué sentido? J.C.M.: No se entiende igual en Madrid que aquí. Desde una perspectiva que llamo yo 'nacionalista de Estado', se considera que la promoción de la lengua dominante contribuye al entendimiento común, al progreso y a la igualdad, mientras que la difusión de la lengua dominada conduce a la división, al retroceso y a la desigualdad. P.: La lengua como confrontación. J.C.M.: La visión del bilingüismo preponderante en Madrid entiende que la lengua dominante (castellano) debe ser obligatoria. Sin embargo, si a alguien se le ocurre decir que el euskera, catalán o gallego tendrían que ser obligatorios en Euskadi, Cataluña y Galicia, muchos protestarán. P.: En medio de ese ambiente, ¿el bilingüismo resulta una tarea aún más difícil para los adultos? J.C.M.: Es evidente que el niño aprende las lenguas que se hablan en su entorno con aparente espontaneidad y que el adulto debe hacer un esfuerzo mucho mayor. Es así, pero sólo desde el uso activo de la lengua. Porque desde el punto de vista de la comprensión esa capacidad de niño la mantenemos de mayores y ¿cómo se demuestra? P.: ¿Cómo? J.C.M.: Viendo la cantidad de formas de hablar distintas que podemos entender. El castellano tiene centenares de variedades. Si vamos a Colombia, no tenemos que ir a clase de 'colombiano'. P.: Pero hablamos del euskera, que no es una lengua cualquiera. J.C.M.: Sí que lo es. Como cualquier otra del mundo. P.: Histórica y bella, pero de difícil aprendizaje. J.C.M.: ¿No existen lenguas fáciles y difíciles! Es otro de los grandes mitos... P.: No es el caso del catalán. J.C.M.: No, no. ¿Evidentemente! P.: Que se oye y ya se chapurrea. J.C.M.: Sí, claro. Pero aquí... P.: Cualquier ciudadano de cualquier punto de España puede... J.C.M.: Si el catalán se aprende desde el castellano, es una lengua muy fácil. En cambio, para un neerlandés o alemán es dificilísimo y le cuesta tanto trabajo o más que el castellano. Las lenguas no son difíciles o fáciles en sí mismas. Son absolutamente iguales. Lo que sí podemos decir es que el euskera no está relacionado genéticamente ni con el castellano ni con ninguna otra. Lo que no impide que en el euskera existan rasgos que la hacen una lengua muy asimilable a las nuestras. ¿Por qué? Los vascos y el latín P.: Explíquese. J.C.M.: Por algo que mucha gente ignora y debería saber. Cuando todavía no existía el castellano, los vascos oían hablar en latín. El euskera tiene un componente léxico que procede directamente del latín. Tomó muchísimas palabras. Con el latín como nexo, existe una afinidad que hace que el euskera y el castellano sean más próximos de lo que se cree. P.: ¿El latín como eje de unión? J.C.M.: Para que una lengua sobreviva lo fundamental no es que haya una ley que diga que hay que hablarla, aunque es fundamental. Basta ver el ejemplo de Irlanda. El gaélico irlandés es una de las dos lenguas oficiales y, sin embargo, está en peligro de extinción. P.: Afortunadamente no es el caso del euskera, pero no deja de ser curioso que mucha gente lo sepa y luego no lo hable. J.C.M.: La generalización del entendimiento pasivo del euskera es un paso interesante para que adquiera una mayor presencia y frecuencia. Si el euskaldun ve que le van a entender es más probable que utilice el euskera que si sabe que no le van a comprender. P.: ¿El idioma no se erige a veces en una obsesión política nacionalista? J.C.M.: Sí. Y el caso más claro es el castellano. Existe una campaña de utilización política del castellano 'a-ni-vel mun-dial'. P.: Es el instrumento que comunica a cientos de millones de personas. J.C.M.: Se nos quiere llevar al convencimiento de que el castellano está asociado a la riqueza económica. P.: Uno se puede mover por Nueva York sin necesidad de usar el inglés. J.C.M.: Sí, y el euskera permite hablar también en Vizcaya y Guipúzcoa, e incluso en Francia también. P.: ¿Cómo se ve desde fuera la evolución del euskera? J.C.M.: Con los prejuicios que hay en Madrid, muchos lo consideran una lengua que divide a los españoles. Yo creo todo lo contrario. Une porque no hay lengua que divida. El euskera es un idioma europeo y moderno cuyo aprendizaje nos da unas señas de identidad fundamentales. P.: Con la mitad de lenguas en peligro de extinción, ¿merece la pena realizar esfuerzos ímprobos por garantizar la supervivencia de idiomas que habla poquísima gente? J.C.M.: Sí. Es tan importante una comunidad de 300 personas como una sociedad de 200 millones. La pérdida de una lengua milenaria nos empobrece a todos. P.: ¿Cuál es el idioma más bonito? J.C.M.: En cuestiones de gusto... De las lenguas que conozco, que son pocas, porque hay 6.000 y comprenderá que no conozco las 6.000... P.: ¿Cuántas conoce? J.C.M.: Depende de lo que entienda por hablar. Ja, ja. Veo todos los días las noticias en una antena parabólica en unos quince idiomas. P.: ¿En qué idioma sueña? J.C.M.: Suelo soñar en mi lengua nativa, alguna vez he soñado en inglés, también en euskera y hasta en ruso. |