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.Bernardo Atxaga en la EOIP-IHEO |
Texto: Verónica Ferreira Pinto |
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Es miércoles por la tarde, uno de los de octubre. El otoño se empieza a hacer notar y el tiempo invita a pasear por el Casco Viejo de nuestra ciudad. Además hoy visita nuestra Escuela una persona entrañable y destacada: el escritor vasco Bernardo Atxaga, así que me dirijo media hora antes de la cita hacia la calle Compañía para asegurarme la plaza. Cuál es mi sorpresa al llegar que la charla tiene que ver con una exposición organizada por un partido político, una exposición sobre la Navarra Republicana. En un primer momento me quedo pasmada, pues mi idea era la del Atxaga literato y no comprendo qué relación guardan ambos. Y la misma curiosidad es la que me pica y decido subir a la 2ª planta. La charla se dará en un aula de la Escuela de Idiomas de Pamplona y enseguida se llena el recinto. Gente variopinta, con pins en las solapas que delatan el pensar de todos ellos: republicanos. Por fin llega él, Bernardo, Joseba |
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Tres personas forman la mesa: el coordinador del partido político, que abre el discurso, un doctorando que relata cómo fue la proclamación de la República en nuestra tierra y por último el famoso escritor, que tras esperar a que finalicen sus dos compañeros, se dispone a leer un relato suyo. En ese momento, y tras escuchar el título, comprendo la relación. Ese escrito versa sobre lo importante que es dejar MARCAS en esta vida. Su lectura es una reflexión sobre lo efímero de esta vida, en la que caes en el olvido si no eres consciente de dejar rastro. "Estuvimos aquí, un día estuvimos aquí e intentamos hacer una cosa bonita en este lugar". El mensaje básico y no simple a la vez dice, según Atxaga: "Estoy vivo, y muy contento de estarlo, he visto morir a otros y sé que yo también moriré, por eso quiero dejar rastro de mi paso por el mundo. Por eso voy a hacer una cosa bonita aquí, sobre esta tierra. Para que lo vean los otros que vengan, los siguientes". "No es fácil conservar el recuerdo por diversas razones: la primera; porque hay que seguir viviendo- no hay para nosotros patria más decisiva que la vi a cotidiana-; segunda, la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno; tercera, porque hay gente que lo mezcla todo, que coloca a todo el mundo bajo el mismo epígrafe y la última razón por la que es difícil conservar el recuerdo, saber incluso los lugares donde hay que ir para guardar un minuto de silencio, la AUSENCIA DE MARCAS que digan que estuvimos aquí".
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