.Jornada sobre.
. ‘La autonomía de los Centros Educativos’

Texto: Vox Populi

 

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El 3 de mayo pasado el equipo directivo de la escuela al completo acudió a la JORNADA SOBRE LA AUTONOMÍA DE LOS CENTROS EDUCATIVOS celebrada en el Hostal "El Toro" de Berrioplano. Dicha jornada fue organizada por la Asociación de Directores de Instituto de Navarra.

A la jornada acudieron alrededor de 59 miembros de equipos di- rectivos de centros de enseñanza secundaria de toda navarra, en concreto 23 directores y 26 cargos directivos (jefes de estudio, secretarios y vicedirectores). Pedro Antona, presidente de la asociación de directores y Fermín Villanueva, director general de educación y enseñanzas profesionales, fueron los encargados de dar la bienvenida a los asistentes. Posterior-mente, el profesor de la Universidad de Barcelona, SerafÌn Antunez disertó sobre "La autonomía escolar: un panorama de desconfianzas e incapacidades".

Después del café, la segunda ponencia fue impartida por el Subdirector General de la Alta Inspección del Ministerio de Educación y Ciencia, Sr. Pedro Uruñuela Nájera. A las 12:45 el profesor de la Universidad de Salamanca, Mariano Fernández Enguita abordó la conferencia "Ningún derecho sin deber: Autonomía, responsabilidad en el servicio público, la institución y la profesión".

 

Por la tarde se debatieron diferentes modelos de gestión de centros de secundaria y FP aplicados en la Comunidad Autónoma Vasca. Para finalizar tres grupos de trabajo presentaron sus conclusiones en tres areas básicas: Autonomía curricular, autonomía organizativa y pedagógica y autonomía de gestion del personal.

Los asistentes al encuentro (entre los cuales figuraban el equipo directivo de la EOIP) firmaron mayoritariamente un manifiesto a favor de la enseñanza pública que reproducimos a continuación:

"Es éste un manifiesto urgente y abierto. Urgente porque la situación lo exige; abierto porque se dirige a todas aquellas personas para las que la escuela pública es importante: a los que allí enseñan o estudian, en castellano o en euskera; a los padres y madres, a los sindicatos de enseñanza, a partidos y asociaciones. Se dirige asimismo a todos los que creen -que creemos- que la escuela pública no es negociable, que no es prescindible. A aquellos que exigen a este Gobierno, a cualquier gobierno, que no ahorre en educación, y menos en educación pública, que es la mayor garantía de cohesión social.

Hubo un tiempo en el que Navarra se sintió orgullosa de su enseñanza pública. Nuestra situación era mejor que la de otras comunidades y estábamos más cerca del 6% del PIB en gasto educativo, es decir, más cerca de Europa. De aquellos tiempos queda la retórica, esa retórica oficial que sigue insistiendo que Navarra en enseñanza -como en casi todo- va bien. Pero tanto las recientes evaluaciones externas como los profesionales dicen lo mismo, dicen que esa retórica ya no es real, que se ha vaciado. Que las escuelas e institutos han envejecido y que las necesidades se han disparado, pero que el gasto -en proporción al PIB- ha disminuido.

Porque como bien sabe el profesorado, enseñar es cada día más complejo, requiere más esfuerzo y más medios. Cada año el sistema público recibe a cientos de niños y niñas inmigrantes, algunos de ellos sin conocimiento de castellano, que exigen atención especial. Asimismo, la escuela pública (y unos pocos centros concertados) se hace cargo del 80 % del alumnado con dificultades de conducta o aprendizaje. Y también enseñar en varios mo-delos lingüísticos, utilizar las nuevas tecnologías en el aula, o educar para la convivencia, aumenta la complejidad y necesita más inversiones.

Y he aquí la paradoja: la retórica triunfalista se mantiene, las necesidades se multiplican, pero el Gobierno de Navarra parece haber decidido ahorrar en la enseñanza pública, parece haber decidido que el profesorado compense con voluntarismo la creciente falta de recursos.

El Gobierno lo niega, pero la realidad está ahí: las construcciones se paralizan, las sustituciones se retrasan, las ratios van al máximo, las compras se bloquean y en los centros no hay dinero para el mínimo gasto. El profesorado lo sabe, las direcciones de los centros lo saben y hasta los técnicos del Departamento de Educación lo confiesan en voz baja. Y al parecer las cosas aún pueden empeorar en los próximos cursos escolares.

Es este Gobierno quien ha de explicar por qué no hay, ni al parecer va a haber dinero para la educación pública. A los que firmamos este manifiesto sólo nos corresponde exigir; y decimos exigir y no pedir, porque una enseñanza pública de calidad no es algo negociable, no es un lujo donde podamos hacer economías. Este escrito, en definitiva, va dirigido a todas las personas que suscriban esta sencilla idea: en la sociedad del conocimiento la educación no es un mero gasto, sino la mejor inversión para el futuro".