.Editorial

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Texto: Juan José Cogolludo · Vicedirector.

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SOBRE EL ESFUERZO Y EL ESTÍO

Nos encontramos en pleno periodo de exámenes, es la hora de rendir cuentas a nosotros mismos y acreditar todo aquello que se ha aprendido durante el curso. Todas las experiencias adquiridas tanto en el aula como fuera de ella, porque, aunque algunos no lo vean así, es en gran medida fuera del aula donde el alumno interioriza y consolida su progreso de aprendizaje de la lengua. El profesor juega un papel importante, pero el alumno es el actor principal y por ende protagonista de todo el proceso. Conviene recordar que la mera asistencia a clase dista mucho de ser suficiente para el conocimiento de una lengua, se trata sólo de una pieza que forma parte de un engranaje más amplio que llamamos proceso de aprendizaje. Nuestro trabajo personal es condición sine qua non para que dicho aprendizaje sea fecundo y efectivo.

Todo esto viene a colación teniendo en cuenta que nos encontramos en un lapso de tiempo muy largo (cuatro meses sin clases, ¡qué horror!) en el que debemos ejercitar nuestra imaginación para que no se "oxide" lo que ya sabemos, es decir, que nuestro aprendizaje significativo no se vea mermado por inanición lingüística. Debemos intentar leer, los libros siempre están a nuestro alcance y son una gran receta no sólo para conservar lo que ya tenemos sino para aumentar el caudal léxico, fijar las estructuras gramaticales y mejorar la sintaxis, por no mencionar la ortografía. Tampoco debemos despreciar los medios audiovisuales a nuestra disposición, ver cuantas más películas y documentales mejor, y a ser posible con personajes cuyos acentos sean de distintas variedades de la lengua objeto de estudio con el fin de llegar a un mayor grado de familiarización. Y para aquellas personas que puedan tener el privilegio de practicar el idioma en su contexto natural, simplemente pedirles que hagan el máximo esfuerzo para alcanzar el nivel más alto posible en lo que respecta al uso oral y puesta en práctica de la lengua en su vertiente comunicativa. No os dé vergüenza, hablad, preguntad e interesaos por la cultura de esos hablantes nativos y no nativos con los que vais a practicar y de los que vais a aprender. Cualquier tema puede ser motivo de conversación y debate desde un punto de vista cordial; lo importante es crear situaciones o excusas para poder poner en práctica vuestras habilidades y estrategias de comunicación.

Vais a disponer de cierto tiempo libre que podéis llenar con actividades que os van a gustar y a la vez van a redundar en autoaprendizaje, que en muchas ocasiones es el esfuerzo que más compensa. En definitiva, no debemos perder el tiempo esperando al próximo curso para saborear nuevas experiencias lingüísticas. Por último, y desde estas mismas páginas, queremos desear a toda la comunidad educativa unas ansiadas y no menos merecidas vacaciones.

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