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La tarea más
difícil para los doctores es reparar los juguetes desmontados
que el propietario, que puede ser un nino o un adulto, ha intentado
reparar por sí mismo. Todos dicen que se caen todas
las piezas, pero eso no ha sucedido ni una sola vez en los 25 años
que llevo aquí. Los propietarios no se fíjan en las minúsculas
piezas y muelles que faltan. Una vez que el juguete está
desmontado, el doctor debe empezar a imaginar cual era la forma
original. Es como un puzzle. Eso es lo más divertido,
afirma Tanaka riendo.
A veces los
juguetes son hospitalizados debido a la escasez de piezas
o a otras razones, pero el tratamiento es siempre gratuito. El presupuesto
anual de Meguro-ku para el hospital, que se dedica a material y
a piezas, es sólo de unos 70.000 yenes (585 €). Meguro-ku
considera el proyecto extraordinario, ya que proporciona alegría
a los niños, padres y voluntarios y todo ello con un presupuesto
tan pequeno.
Han visitado el hospital todo tipo de personas, como el padre que
quiere que sus hijos jueguen con sus viejos juguetes por control
remoto, los abuelos que quieren reparar un móvil musical,
que casi es una antigüedad, para su primer nieto, y jubilados
que nos traen juguetes diminutos que han guardado durante décadas
o muñecas que tienen un valor sentimental.
No obstante, no mucha gente se siente lo suficientemente mal
acerca de los juguetes rotos como para llevarlos al hospital.
La tendencia abromadora es tirar algo que no se puede seguir
utilizando. Aunque sea a escala muy pequena, estamos intentando
acabar con esa tendencia. Tanaka frunce el ceño por
un momento, pero pronto vuelve su amable semblante al decir Pero
tenemos suficiente trabajo para disfrutar.
Niños que estaban al borde de las lágrimas se van
con una sonrisa radiante. Gracias, dicen cuando sus
juguetes favoritos son reparados.
Al despedir
a los niños, Tanaka suspira, tenemos que dar a conocer
este lugar al mayor número posible de personas. Tanaka
espera compartir con cuidar las cosas que poseen.
A menudo oímos en Japón la expresión mottainai
que en líneas generales significa derrochador,
pero que en todo su sentido conlleva el sentimiento de admiración
y aprecio por los dones de la naturaleza o la conducta sincera de
otras personas. Una característica de los japoneses es intentar
utilizar algo durante toda su vida efectiva o seguir utilizándolo
al repararlo. El principio de mottainai se extiende
a la mesa en la que muchos consideran de mala educación
dejar un solo grano de arroz en el cuenco. Nuestra preocupación
es que este rasgo tradicional pueda perderse.
El Libro
Blanco 2002 sobre la Sociedad del Reciclaje publicado en junio
por el gobierno japonés, insta a los ciudadanos a promover
la remodelación, reduciendo, reutilizando y reciclando. Esta
política tiene como objetivo acabar con el círculo
vicioso de producción en masa, consumo en masa y destrucción
en masa.
Tal y como demuestra el ejemplo del hospital de juguetes, algunos
ciudadanos ya han puesto en sus manos la política de remodelación.
La clave, en lo que concierne al gobierno, es lograr que más
personas conozcan los servicios disponibles y los que aún
hay que ofrecer. En la actualidad hay en todo el país unas
250 instalaciones parecidas al hospital de Juguetes de Meguro. El
propósito de estas instalaciones es hacer uso de la experiencia,
conocimientos, técnicas y habilidades sobre de los jubilados
locales por el bien de la soiedad.
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