Capítulo 1º.

. No estás solo: el profesor está a tu lado


Hay alumnos que nunca hablan con su profesor, excepto en los exámenes orales, en los que no hay más remedio que expresarse delante de él. Es cierto que el nomero de alumnos en el aula pude ser elevado, y que, por consiguiente, no haya suficiente tiempo para atender a todos, pero no es menos cierto que existen horas de tutoría o atención al alumno a lo largo de la semana o la quincena, en las que puedes comentar tus dudas al profesor sobre aspectos puntuales o sobre el proceso de aprendizaje que está viviendo.

El docente es un profesional que conoce lo que es aprender un idioma, de manera que puede y debe dar pistas para que el alumno descubra su propio camino en el aprendizaje la lengua. Pero para ello es necesario que conozca en profundidad cuál es el momento de ese proceso en el que se halla el alumno, tanto de forma global como en cada una de las cuatro destrezas lingüísticas: comprensión oral y escrita, y expresión oral y escrita.

El profesor necesita conocer cómo se siente el alumno en clase, cómo va administrando su estudio personal fuera de clase, cómo gestiona los apuntes, cómo va el nivel de motivación del alumno, cómo va el alumno descubriendo cada día estrategias más efectivas para seguir avanzando en el aprendizaje de la lengua, y para ello tiene que estar con él, tiene que dedicar un tiempo. Se recomienda que exista una comunicación mínima de dos horas cada trimestre para ir viendo la evolución personal.

Hoy en día los profesionales de la enseñanza de idiomas ofrecen diferentes opciones para poder atender a los alumnos: vía e-mail, atención al finalizar la clase, las horas de tutoría o atención al alumnado, sesiones específicas para aclarar dudas o tratar temas puntuales. Se trata de entablar una conversación franca entre ambos en el marco del aula, y esa correspondencia debe ser rica y provechosa desde el comienzo del curso.

Si se da esa comunicación, cada trimestre se podrán chequear los avances y las dificultades que se encuentran en el proceso y se podrán activar nuevas estrategias, nuevas recetas para que el proceso siga adelante y la motivación no decaiga.

En el largo camino que hay que recorrer para aprender una lengua hay momentos en los cuales podemos sentirnos mal, podemos desanimarnos y querer abandonar, es importante compartir con el profesor estos sentimientos para que él nos pueda dar pistas para salir del bache. Los problemas compartidos son menos problemas, para eso está el docente para apoyar, ayudar, acompañar. No lo dudes, acude a él en todo momento, está a tu lado.

 

Capítulo 2 º.

. Investiga cómo aprendes mejor...


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Investiga cómo aprendes mejor, experimenta contínuamente. Si conociéramos el truco mágico del aprendizaje todos lo aplicaríamos inmediatamente a nuestras necesidades. Cada uno tiene que buscar cuál es su manera más efectiva, más eficaz de aprender. Y eso sólo lo puede saber cada cual. Porque aprendemos de manera diferente, por eso lo que le sirve a Roberto puede no ayudarle excesivamente a Miren, y lo que le sirve a Miren puede que no le funcione a Roberto.

Eso sí, siempre es bueno preguntar a los demás compañeros qué les funciona por si a nosotros nos puede llegar a valer. La curiosidad siempre es buena, por eso sí es bueno andar ojo avizor para conocer qué trucos utilizan a nuestros compañeros de clase a la hora de enfrentarse a las diferentes actividades lingüísticas.

Todo radica en que cada cual aprendemos de manera diferente, algunos de manera bastante diferente, y otros muy diferente. Claro, es que algunos necesitamos tocar, movernos; otros, necesitan ver; algunos, escuchar, en fin, en cada persona predomina un aspecto que hace que debamos activar ese canal por encima de los demás. Necesitamos todos, pero quizá si activamos más uno de ellos, podemos aprender mejor y de manera más eficaz.

Todo comienza desde la clase, la manera de estar y participar en ella es muy importante. ¿Has probado a ser más activo en ella? ¿Y los apuntes? ¿Cómo los tomas? ¿El libro de texto? ¿Cómo lo utilizas? Y luego cuando sales de clase con los compañeros, ¿En qué idioma hablas? ¿Aprovechas para tomar un café y practicar el idioma? Intenta probar diferentes maneras de actuar ante estas preguntas y chequea los resultados que obtienes. Ya verás cómo te llevas sorpresas agradables.

La gestión de los apuntes es un tema en el que cada alumno tiene su sistema. Los apuntes son muy personales, deben serlo, porque a la hora de aprender cada uno los utiliza de una manera muy particular. Hay personas que hacen maravillas con los apuntes: los ordenan, los clasifican, los colorean, los esquematizan, hacen virguerías; otros, en cambio, ni los tocan: los cogen en clase, pero luego prácticamente ni los leen. Cada alumno debe reflexionar sobre cómo tomar los apuntes y qué hacer luego con ellos.

Investigar sobre maneras de ser más eficientes a la hora de estudiar es clave. ¿Cómo haces para aprender más vocabulario? ¿Cómo lees? ¿Subrayas el libro? ¿Cuántas veces utilizas el diccionario? ¿Haces listas de palabras? ¿Preparas listas sobre temas o palabras relacionadas? Es importante que analices con tu profesor cómo te funcionan tus maneras de aprender en cada una de las habilidades lingüísticas: comprensión oral y escrita, y expresión oral y escrita. Si tienes dificultades en alguna de ellas, es debido a que tus estrategias de aprendizaje no son las adecuadas, deberís activar otros modos, otras maneras de aprender para que puedas seguir aprendiendo el idioma y tu nivel de motivación no se resienta.

Sin pretender analizar cada una de las competencias lingüísticas, y centrándome en la comprensión oral, hay multitud de opciones para que una persona pueda mejorarla complementándola con lo que está haciendo en clase: alquilar DVD's, escuchar canciones con las letras de su cantante favorito en esa lengua, grabar programas de TV sobre temas de su interés para escucharlos tantas veces como sea necesario, si se viaja mucho en coche utilizar los trayectos para escuchar cintras pregrabadas, grabar trozos de conversaciones de películas y luego reproducirlas en un grabador, memorizar canciones favoritas y canturrearlas cuando salimos a pasear con el reproductor de MP3, grabar programas de radio desde internet y luego escuchar aquello que más nos interese en el reproductor de MP3 o en ordenador...

Cada una de estas posibilidades puede ser mejorada con la aportación personal de los alumnos, incidiendo en aquello que más nos gusta y menos nos cuesta realizar. Los DVDs dan opciones infinitas de trabajo en casa: con subtítulos en castellano o en el idioma meta (L2), sin subtítulos. Primero sólo en castellano, luego con subtítulos en L2, después en V.O. con subtítulos en castellano, y, por fin, en versión original. No tiene por qué ser toda la película, puede ser una secuencia, el corte que más nos gusta, el más romántico, el que tenga una conversación más interesante, el más ajustado a nuestro nivel. Asimismo, puede ser un documental sobre ballenas, sobre moda, o sobre lo que más te guste, no vale la pena intentar aprender un idioma leyendo cosas insulsas o carentes de interés.

Seguro que en la Sala de Recursos o Biblioteca de tu centro encuentras lo que mejor se adapta a tus gustos. Boscalo y experimenta, atrévete a probar, seguro que terminas mejorando en esa destreza que antes se te daba mal o te costaba un poquito.

Lo mismo que con los DVDs, se puede hacer con todas las herramientas de aprendizaje que tengamos a nuestro alcance. Es cuestión de experimentar con lo que nos vaya a funcionar mejor y nos motive, nos dá más ganas de seguir aprendiendo.

 

Capítulo 3 º.

. Aprende con tus compañeros de clase


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Mira qué cerca están de ti. Son los grandes desconocidos a la hora de aprender lenguas. Hasta ahora hemos mirado siempre al profesor. Pero, a decir verdad: ¿Cuánto más cerca está el compañero que el profesor del proceso de aprendizaje que estás viviendo! El profesor claro que sabe en qué momento te encuentras, pero tiene lejano el tiempo en el que aprendió como tu estás aprendiendo, por eso, aunque quiera está más lejano del proceso que estás experimentando que tu compañero, por eso es esencial que tengas estrategias para aprender con las personas que te rodean en el aula.

Parece una perogrullada pero así es. Conviene tener un par de compinches en clase: compañeros que nos pasarán apuntes cuando no podamos ir, que nos tengan al tanto de la marcha de clase cuando estemos enfermos o cuando tengamos otro tipo de imprevistos. Compañeros con los que aprender los aspectos más arduos de la lengua, con los que practicar al salir de clase o el fin de semana. Igualmente, podemos enviarnos e-mails, charlar por teléfono, intercambiarnos esos DVD, CD, casetes que tanto nos gustan, etc.

Hay que rozarse con los compañeros de clase, claro que sí. Ellos también son fuente de aprendizaje lingüístico. Seguro que hay en clase varias personas a las que les va de perlas las comprensiones auditivas. Bien, se trata de consultarles sobre cuáles son sus trucos para que las audiciones no les resulten tan problemáticas. Seguro que hay una compañera que es muy buena escribiendo composiciones, bueno, pues merece la pena pedirle que nos cuente cómo lo hace, cuáles son sus estrategias.

No se trata sólo de pedir, también tú puedes contribuir con aquello que te funciona, puedes compartir tus DVDs, tus CDs de los Rollings, o de Madonna. El proceso de enseñanza-aprendizaje será más fácil de llevar siempre que éste sea compartido por los compañeros de clase. Ellos están más o menos en tu misma situación vital de aprendizaje, por ello, son las personas que más te pueden echar una mano para avanzar en el proceso.

El profesor también está para ayudarte, pero hay preguntas en las que quizá no sea la persona más idénea para responderte y sí un compañero de aula. Un profesor no conoce a todos los cantantes de moda, puede que no le guste el cine, que no sepa utilizar el MP3, que no vaya a la moda, que no tenga tus gustos artísticos; seguro que tus compañeros están más en sintonía vital contigo. Es normal, es la vida misma, la vida que fluye por las aulas, por las clases de idiomas, lo mismo que en la calle o las ciudades en este comienzo del siglo XXI.

 

Capítulo 4 º.

. Organízate: el dia puede dar para casi todo


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La falta de tiempo es una de las razones que se citan cuando los adultos dicen que han tenido que dejar los estudios de idiomas. "Es que creía que iba a tener tiempo, pero no he podido sacarlo". Se trata de ser constante, analizar muy bien las actividades semanales en las cuales estamos inmersos y ser muy perseverante.

La asistencia a clase es esencial. En los primeros niveles necesitamos oár al profesor, tenemos que coger el input lingüístico, y en niveles superiores es esencial practicar en clase la lengua que estamos aprendiendo. No se puede faltar a clase, nunca. Tiene que ocurrir una catástrofe para que dejemos una buena clase de idiomas. Para ello hay que seleccionar muy bien la hora de clase, tenemos que tener un colchón horario para poder llegar todos los días. Es cuestión de coger la agenda semanal y ser realistas.

El aprendizaje lingüístico requiere asistencia regular a clase y trabajo personal, no es como otras actividades menos exigentes. El trabajo personal complementario va aumentando conforme avanzamos de curso: cuanto más alto sea el nivel más esfuerzo requiere, porque el corpus lingüístico va aumentando: tenemos más vocabulario que gestionar, las tareas lingüísticas que tenemos que hacer son más complejas, necesitamos más tiempo para poder leer, ver, escuchar, comentar, relatar, resumir, contar, narrar...

El día da para mucho: si dormimos una media de ocho horas y trabajamos otras ocho, nos quedan otras ocho de las cuales debemos reservar alguna hora para trabajar la lengua que estamos aprendiendo. Podemos dedicar media hora diaria para el trabajo personal, o una hora cada dos días, o aprovechar el fin de semana. También podemos aprovechar los viajes en coche, el trayecto del autobos urbano o el del tren de cercanías para escuchar esa grabación tan importante, así como grabar en vídeo esa peli que nos interesa, y con la que luego poder trabajar.

Se trata de ser constante y de dedicar habitualmente un tiempo para el trabajo personal: adecentar apuntes, ordenar y clasificar vocabulario, hacer la tarea, escuchar mosica, ver TV, escribir, leer, etc. Si logramos crear hábito, lo habremos conseguido. Tal vez sea preciso pararse un momento a reflexionar sobre el nomero de horas que perdemos delante del televisor ¿Y si dedicáramos sólo la cuarta parte de ese tiempo al trabajo personal lingüístico? Creo que vale la pena intentarlo ¿no te parece?

No hay cosa que más agradezca nuestra mente que el orden y la organización del aprendizaje. Aprenderemos a mil por hora. De verdad.


 

Capítulo 5 º.

. Es lógico meter la pata aprendiendo idiomas


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Todos los alumnos adultos que leen esta frase están de acuerdo con lo que dice. Asienten con rapidez cuando la leen o la escuchan. Pero cuando hay que poner en práctica lo que estamos aprendiendo, es raro el que no se corta un poco cuando tiene que empezar a usar esa lengua que no es la "suya", que no es la materna, que no es la habitual, que no es la que tenemos interiorizada en nuestro más profundo ser.

Este es uno de los problemas que tenemos los adultos cuando queremos aprender lenguas: el miedo al qué dirán, la vergüenza, la incomodidad de actuar con dudas, el corte que nos da no mostrar lo mejor de nosotros mismos, enseñar aquello de nosotros mismos que no es lo mejor, aquello que estamos probando, que está verde todavía, que tiene que mejorarse mucho, que puede que está mal pronunciado, mal escrito, mal traducido, mal...

Los niños lo tienen más fácil, no tienen tanto corte, no lo sienten y se lanzan sin problema a explorar sonidos, fonemas, palabras, frases que repiten sin vergüenza, sin temores al qué dirán o al cómo lo dirán. Por eso aprenden más fácil, de manera más natural esa segunda lengua, que también es extraña para ellos, pero que no les asusta.

Debemos aprender de ellos y los compañeros de aula deben ayudarnos en ese objetivo, crear en clase un buen ambiente para que nos sintamos cómodos y a gusto, de manera que la práctica lingüística sea menos cortante y podamos así vencer el sentido del ridículo que tantas dificultades ocasiona a personas tímidas o retraídas. El profesor tiene que procurar crear un buen clima en clase, hay que ayudarle y exigírselo para conseguir este propósito.

Cuando somos adultos y asistimos a clases de idiomas, es normal meter la pata porque al aprender estamos creando una especie de interlengua que es necesaria para pasar de no hablar esa segunda lengua a hablarla de manera más o menos eficiente. Pues bien, esa interlengua no es mas que un estadio provisional en el que van apareciendo errores, fallos típicos en el proceso de aprendizaje, errores que comete todo aprendiz, y que indican el estadio en el cual te encuentras en el proceso de adquisición de la lengua. En esos estadios vamos mezclando conocimientos efectivos sobre la lengua e hipótesis que vamos constantemente revisando y actualizando.

No conozco a ningon alumno que haya aprendido una lengua sin haberse equivocado, sin haber hecho hipótesis sobre lo que era correcto o no lo era, sin haber intentado adivinar la palabra correcta o la expresión más cercana a lo que quería expresar. Es tan natural como necesario que hagas pinitos en la lengua que quieres aprender. No te cortes, prueba, intenta, imita... hasta que vayas acercándote al estándar de la lengua que estás aprendiendo.

Para los profesores es maravilloso encontrar ese error que denota que el alumno ya está haciendo hipótesis tirando por alto, intentando comunicar mucho más de lo que ha hecho hasta la fecha. Porque eso es aprender, es articular nuevos aprendizajes sobre lo ya conocido, sobre lo que ya dominamos más o menos.

¡Ánimo, pues, y no te importe meter la pata!

 

Capítulo 6 º.

. Disfruta con las lenguas...


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Disfruta con las lenguas: escoge los temas que te gustan. Qué horrible tiene que ser estudiar algo que no te interesa. Cuando queremos adquirir lenguas tenemos la oportunidad de aprenderlas utilizando temas que nos interesan. Es cierto que en los estadios iniciales hay que tomar un poco de todo. Pero enseguida podemos acercarnos a aquellas áreas que nos gustan ya sea por afición, oficio, trabajo, hobbie, curiosidad o dedicación.

Conozco a personas que son forofos consumados de fútbol y que han aprendido mucho inglés con los partidos de la liga inglesa, también a personas locas por la moda que hablan francés gracias a las revistas de modas de Paris, también conozco a alguien muy religioso que aprendió mucho euskara con las retransmisiones de la misa por ETB.

¿Por qué no? Todo es lícito. ¿No se trata de aprender a gusto, aprender disfrutando? Pues, eso. Es muy recomendable empezar rápidamente a buscar en internet, en la Sala de Recursos, en las Bibliotecas aquellos textos, libros, cuentos, documentales, revistas, aquellos programas, aquellas películas que nos gustan y disfrutar con ellas.

Se aprende a gusto, a mil por hora. Los conocimientos que tienes en tu primera lengua los transfieres a la segunda, en la cual muchas palabras, expresiones, etc, serán coincidentes o parecidas. Gracias a la motivación podrás avanzar más rápido.

Es muy importante que opines sobre los temas que trabajáis en clase. El profesor te pedirá tu opinión, te ofrecerá varios textos para elegir, utiliza tu criterio para señalar aquellos bloques temáticos que más se acerquen a tus intereses personales. Compñrtelos con tus compañeros de clase. Pide a tu profesor que trate temas que te interesen, seguro que es receptivo a tus sugerencias.

Podéis crear entre los compañeros un grupo que comparta la misma afición, y practicar sobre ella en el idioma que estáis aprendiendo. También estaría sería bueno que pudierais preparar viajes juntos, leer libros y comentarlos mientras os tomáis un café, asistís a un coloquio de cineforum tras ver esa película de culto que tanto os gusta, o hacer un grupo de montaña para disfrutar del monte, todo ello ejercitando el idioma en el que estéis envueltos.

 

Capítulo 7 º.

. La Biblioteca-Sala de Recursos...


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La BIBLIOTECA-SALA DE RECURSOS dispone de miles de opciones para el aprendizaje. Algunos centros de enseñanza y aprendizaje de idiomas, están equipados con servicios muy importantes que conviene utiliza desde el mismo momento en que iniciamos el aprendizaje de una lengua. Me refiero a las bibliotecas, a las salas de recursos, las salas multimedia, salas audiovisuales, hemerotecas, etc.

En todos ellos encontraremos recursos que harán de nuestro aprendizaje lingüístico una aventura rica y variada de situaciones de aprender que podremos aprovechar. La cantidad de recursos que podemos encontrar es muy variada: libros, métodos, audio-libros, CDs, DVDs, vídeos, casetes, revistas, periódicos, acceso a internet, acceso a TV por satélite, gramáticas, literatura, diccionarios, etc.

Es justamente la variedad de los recursos y su clasificación por niveles lo que nos ayudará a planificar un aprendizaje con materiales que podemos elegir segon nuestras apetencias. ¡Qué suerte tenemos los aprendices del siglo XXI! Disponemos de infinidad de oportunidades de aprendizaje. ¿Cómo aprenderían idiomas extranjeros hace 50 años? ¿Cómo serían los materiales que utilizaban? ¿Se aburrirían mucho los estudiantes de entonces?

Ahora podemos combinar el aprendizaje presencial en el aula con el aprendizaje por nuestra cuenta en estos centros complementarios que hay en nuestras escuelas. Lógicamente, sacaremos más jugo a la sala de recursos o biblioteca cuanto más completa sea ésta y cuanto mayor nivel tengamos, pero también podemos y debemos utilizarlas en los niveles iniciales, aunque ajustando su oferta a nuestras posibilidades.

El acceso a internet es hoy en día un magnífico medio para reforzar lo que aprendemos en el aula. La mayoría de las bibliotecas-salas de recursos ofrecen una serie de enlaces con páginas seleccionadas para poder navegar por internet y zambullirnos en el idioma objeto de estudio. Internet nos ofrece la posibilidad de acceder a contenidos de mucha actualidad como la prensa diaria o la radio en tiempo real de tal manera que la motivación del aprendizaje aumenta. Podemos profundizar en las tareas realizadas en el aula, trabajando el vocabulario y proponiendo direcciones de internet a toda la clase el día siguiente.

La lectura es otro de los métodos que desde antaño da unos fabulosos resultados en el aprendizaje de una segunda lengua: prensa, revistas de moltiples aficiones, literatura de los más variados géneros están a nuestro alcance para ir afianzando e interiorizando la lengua que queremos aprender. A nuestro ritmo, sin prisas, haciendo resomenes, remarcando, sacando aquellos aspectos lingüísticos que más nos interesan en cada momento de nuestro proceso de aprendizaje.

Los audio-libros son otro formato que suele venir muy bien a aquellas personas que necesitan trabajar de una manera más específica la audición de textos orales. Con el soporte del texto escrito en un primer momento, y sin él, en un segundo estadio, se puede avanzar y mejorar mucho con este recurso, especialmente en los idiomas en los cuales está más extendido: francés e inglés.

 

Capítulo 8º.

. Viaja: sumérgete en el idioma que estudias


¡Qué bien han venido los vuelos de bajo coste a los alumnos de idiomas! Ahora podemos volar a cualquier parte de Europa por cuatro euros, y en menos que canta un gallo podernos encontrar entre ciudadanos europeos que hablan la lengua que elegimos aprender. Sabido es que, rodeados de hablantes, esa lengua meta se aprende casi sin querer, luego ¿a qué esperas para coger el avión y lanzarte a practicar? ¿Qué es lo que te retiene?

Si hemos terminado los estudios, podemos pasar una temporada -12 meses sería lo ideal- en el extranjero para aprender "de verdad" el idioma que deseamos, y lo vamos a aprender de verdad porque utilizaremos el idioma en situaciones reales, esas en las que hay que salir adelante como sea, sin colchón ni red. Es ahí donde deberemos activar los conocimientos adquiridos y estrategias que hacen que comuniquemos de verdad, por encima de la secuencialización didactizada del aula que hemos vivido hasta el presente.

Si trabajas, puedes utilizar las vacaciones para planificar una estancia lingüística fuera. Pero, más allá de asistir a la típica academia, considera otras opciones más originales y seguramente más divertidas: apontate a una ONG para cuidar personas, haz un curso de verano en alguna universidad, alístate en alguna brigada para la conservación de montes, a un campo de trabajo sobre arqueología, a alguna academia de arte, pintura, restauración de edificios, como voluntarios para atender a inmigrantes, etc., etc. Otra opción es también ir de camping con la familia al país elegido y esforzarnos por practicar todo lo posible en todas las circunstancias reales que se nos presenten: yendo de compras, en actividades culturales, en animación nocturna con los niños... En fin, hay miles de opciones con las que poder utilizar la lengua en el extranjero, más allá de la enseñanza convencional.

Si no tienes demasiadas ataduras familiares e hipotecarias, puedes tomarte un año sabático para dedicarlo a vivir en un entorno de inmersión total en la lengua que estas aprendiendo. A todo el mundo le viene bien cambiar de aires, y sentir la aventura de vivir en otra lengua. De esa manera puedes adquirir también las costumbres de la región en la que te instales. Vida y cultura harán que el aprendizaje te sea mucho más significativo y real.

Si vives cerca de un entorno lingüístico diferente al tuyo o en comunidades bilingües, tienes una buena ocasión para aprender y practicar el idioma, casi sin esfuerzo y sin desplazarte demasiado. ¡Qué suerte para catalanes, vascos y navarros poder aprender y practicar el francés! ¿Qué cerca tienen zamoranos y extremeños a Portugal para aprender su lengua! ¡Qué fácil es aprender las lenguas autonómicas pudiendo practicarlas en las comunidades que gozan de ellas!

Hemos estado demasiado aislados en la península, es cierto que no estamos en medio de Europa, como Holanda, Bélgica o Austria, pero va siendo hora que salgamos de casa, viajemos más, nos rocemos con el resto de europeos y aprendamos sus lenguas. Es cierto que no tenemos la necesidad que tienen islandeses o finlandeses de aprender otro idioma debido a que son pueblos pequeños con idiomas poco importantes en la escena mundial, pero cada vez tenemos más la obligación de hacer nuestro el objetivo que se ha marcado la Unión Europea de aprender el idioma materno, más otros dos idiomas de la Unión. Y ahora tenemos una ocasión inmejorable, gracias la competencia feroz entre compañías aéreas. De manera que ese aprendizaje iniciado aqué, se pueda consolidar con la inmersión lingüística en el extranjero. ¡A lanzarse a la aventura toca!

 

Capítulo 9 º.

. Los idiomas son como el sol...


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Los idiomas son como el sol, cuanto más te expongas a ellos, mayor color/dominio adquirirás. El símil que suelo utilizar para explicar cómo se aprende un idioma tiene relación con el aprendizaje que deben adquirir los pilotos de aeronaves, a saber: las horas de vuelo. A volar se aprende volando: a hablar, hablando.

Aprender a usar un idioma requiere práctica: horas de vuelo. Cuanto más se está expuesto a una lengua, mayor dominio se adquiere. Es lógico, cualquiera lo entiende. Hay que leer, escuchar, hablar y escribir en la lengua que estamos aprendiendo para que cada vez nos cueste menos. Esto tiene una explicación fácil: nuestra mente sólo guarda y archiva aquello que ella detecta que es absolutamente necesario. Por ello nosotros tenemos que alimentarla día a día con alimento lingüístico del idioma que estamos aprendiendo para que las estructuras lingüísticas, el vocabulario, los sonidos, la entonación se vayan fijando en nuestra dura mollera. Se trata de crear conexiones neuronales e ir reforzando esas uniones día a día para que cada vez sean más numerosas y fuertes y no se deterioren. Cuanto más las usemos mayor cantidad de conexiones realizaremos a partir de ellas y podremos construir una estructura adecuada en nuestra mente.

Para ello, conviene que todos los días dediquemos algo de nuestro tiempo en realizar alguna actividad derivada de la lengua que queremos aprender. No se trata de estar todo el día con el diccionario o con el libro de texto haciendo ejercicios tediosos, también podemos realizar otras actividades más agradables con la lengua que estamos aprendiendo, por ejemplo, navegar en internet para conocer las noticias del día, escuchar música de algún grupo en el idioma que aprendemos, ver las noticias en cadenas internacionales, ver la película del día en versión original subtitulada, etc. En definitiva, se trata de que el idioma está presente todos los días en nuestra vida para que su sonido, su fonética, su entonación... vaya calando en nosotros y nos habituemos a ella. Si no contamos en nuestro domicilio con recursos sobre ese idioma, siempre podemos sacarlos de la biblioteca o sala de recursos del centro de estudios.

Se trata de que el idioma está presente todos los días en nuestra vida para que vaya calando en nosotros su sonido, su fonética, su entonación, para que nos habituemos a ella. Si tenemos problemas para acceder a recursos o contenidos en ese idioma en nuestro domicilio, siempre podemos sacarlos de la biblioteca o sala de recursos de nuestro centro de estudios.

Siempre viene bien tener amistades de algon país donde se hable el idioma que estudiamos, así podemos practicar el idioma. Los pubs irlandeses e ingleses que pululan por todas nuestras ciudades están llenos de estudiantes Erasmus que están deseosos de conocer gente de aquí para practicar e intercambiar de todo, por ejemplo, conocimientos lingüísticos, por qué no.

Si tienes la opción de poder viajar a un país donde se habla el idioma que estudias, no lo dudes, coge el primer avión y sal raudo, en algunos meses habrás cogido un buen bronceado lingüístico con el radical método de la inmersión total, además habrás avanzado muchísimo sin darte cuenta. Ni tú te lo vas a creer. Y el dinero que ahorrarás...

 

Capítulo 10 º.

. Une tu aprendizaje con la vida, aficiones...


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Une tu aprendizaje con la vida: aficiones, trabajo, viajes, vacaciones, excursiones, estudios... Se trata de que lo que aprendas puedas enseguida incorporarlo a aquellas cosas que te gustan, que conforman tu estilo de vida y tus gustos y aficiones. Pasados los rudimentos iniciales enseguida podemos seleccionar aquellos contenidos que más nos interesan para disfrutar con ellos.

Recuerdo el caso de un alumno que era muy aficionado a la pesca, enseguida consiguió publicaciones en inglés sobre la materia, era increíble la velocidad con la cual aprendió ese idioma acompañando la formación formal con su afición. Participó en campeonatos internacionales de pesca sin ningún problema, el inglés lo aprendió, pero disfrutó de su afición en los ríos de Gran Bretaña.

También conozco el caso de personas que han profundizado en su conocimiento del euskera acudiendo a fiestas de pueblos euskaldunes. Las juergas pueden ser también aliadas del aprendizaje lingüístico, claro que sí.

Salir a pasar el día a Biarritz no es ninguna locura si se vive en el País Vasco o Navarra; es una magnífica oportunidad de practicar el francés mientras se está disfrutando de un día en compañía de la familia. Puedes practicar con los camareros, puedes comprar prensa en francés, libros de cocina o cualquier otra cosa que quizás en tu localidad no está accesible a los distribuidores habituales.

Aprovechar las becas Erasmus es otra de las opciones que muchos estudiantes están utilizando. Compaginando el estudio de la carrera con el idioma del país al que se acude se consiguen dos objetivos a la vez. Vida y aprendizaje en un mismo paquete. ¿Se puede pedir más?

Por ejemplo, en Pamplona, tanto los Sanfermines como el Camino de Santiago nos dan opciones de conocer a personas que pasan por aquí y que pueden llegar a ser buenos amigos para toda la vida. Se trata de estar alerta, de abrirse a las posibilidades de la comunicación y no perder las oportunidades que la vida nos pone delante. Podríamos decir lo mismo en todas las localidades de la costa mediterránea y en las islas donde el turismo es masivo durante todo el año y donde existen también comunidades de extranjeros asentados.

La fuerza de la vida apoya y multiplica la velocidad de tu aprendizaje, utilízala y no te arrepentirás.