.

. Alimento para la reflexión: Haciendo balance
Michael McGrath (Dpto. De ingles)

Cuando este número esté en vuestras manos estaremos casi al final del curso y a las puertas de los exámenes finales, así que es un buen momento para hacer un balance (y no hacer equilibrios) de estos últimos ocho meses. Igual os preguntáis ¿por qué ahora y no después de los resultados? Buena pregunta. Bueno, hay que cumplir con las fechas de entrega de los artículos de la revista pero mucho más importante es que, en mi opinión, el aprendizaje no tiene que estar ligado a los exámenes, porque al final y al cabo cualquier examen aprobado en cualquier contexto, siempre es un punto de partida para seguir aprendiendo y no un ciclo acabado. ¿Cuando abrís una puerta os quedáis pegados al umbral o seguís caminando? Y si no superamos la evaluación ¿será motivo de lamentarse? Espero que no.
Para hacer un balance verdadero es imprescindible volver la mirada atrás (y no con ira, ni con nostalgia) al principio del curso. En muchas ocasiones, se le pregunta al alumnado a finales de mayo, si se han cumplido los objetivos marcados. Es una pregunta válida pero ¿cuántos alumnos habrán marcado objetivos claros al principio del curso? ¿Se trató este asunto en las primeras clases del año?¿Has dedicado suficiente tiempo a reflexionar sobre esto? ¿Te cuesta verbalizar o formular los objetivos que tienes? ¿Has intentado buscar ayuda con esto?¿Has hablado con l@s compañer@s de ello?
Al contrario, si eres una persona que tenías claro lo que querías conseguir, igual conviene plantearte las siguientes cuestiones: ¿Han cambiado tus objetivos durante el año? Has percibido algunos cambios en tu nivel de motivación? ¿Interés? O ¿Implicación? Si es así, ¿por qué?

Una manera sencilla, pero no menos relevante, de evaluar tus progresos es pensar en los siguientes términos. ¿Qué puedo hacer ahora en el idioma X que no podía hacer hace ocho meses? ¿Qué es lo que hago mejor y con más confianza? ¿Qué he hecho para que sea así?
En caso de que te hayas quedado con la sensación (o certeza) de que no hayas podido sacar más provecho de tu dedicación al aprendizaje del idioma que has elegido estudiar, propongo que hagas una reflexión sobre varias cuestiones con el fin de animarte y hacerte más consciente de lo que se puede hacer para que tu aprendizaje sea más efectivo.
Los controles, las pruebas o los exámenes son maneras de evaluar los progresos de los alumnos pero, obviamente, no son las únicas y es imprescindible ser consciente de cómo te desenvuelves fuera del aula en la lengua meta. Hay alumnos que vienen a clase con una idea clara: Dicen algo así como, "A mí no me interesa ni el examen ni el certificado; yo quiero aprender y disfrutar de las clases." Esta postura es respetable y refleja un poco lo que yo planteo anteriormente sobre la relación del aprendizaje con lo exámenes. Pero tal postura, por parte de algunas personas, es quizás una manera de no enfrentarse a una exigencia o un nivel de estrés no deseado. Si es así, no importa tanto. Lo que sí es muy importante, sin embargo, es cómo evalúan estos alumnos su progreso con el idioma dentro y fuera de la clase si ni siquiera se somete a las pruebas ideadas por los profesores. ¿Realmente quiere avanzar? Igual lo pasa bien en clase pero si no busca maneras más fiables (fuera de la aprobación del profesor o profesora), difícilmente podrá tener una visión clara de lo que está haciendo.
Como propone el título de esta sección, las siguientes preguntas sirven como alimento para la reflexión y de ninguna manera pretenden ser un correctivo severo.
En primer lugar, ¿has aprovechado las horas de atención al alumnado en las que puedes plantear tus dudas o tus dificultades con tu profesora o profesor? Es un tiempo que os lo dedicamos. Utiliza este tiempo para hacer cualquier pregunta o para despejar cualquier duda.
En el primer número de este curso, traté el tema de los estilos de aprendizaje. Lo que voy a comentar ahora tiene algo que ver con ello. Imaginamos que un alumno dice lo siguiente: "Yo tengo muchos fallos en gramática pero, claro, el profesor no explica mucho en clase y no me aclaro con las pocas explicaciones que da." Tal y como he observado en otras ocasiones, el hecho de que el profesor te dé explicaciones gramaticales no necesariamente facilita el aprendizaje, es mejor que sea el propio alumno el que vaya descubriéndo las reglas. Si nuestro objetivo, como profesores, es crear unas condiciones en el aula para el aprendizaje efectivo, deberíamos sustituir la explicación por la "exploración" por parte del alumnado. Si se hace este tipo de "exploración", los estilos de aprendizaje de cada persona se tendrán más en cuenta. Además, toda regla tiene que ser provisional y sujeta a una revisión permanente. ¿Crees realmente que una explicación que te da el profesor es la única y definitiva y no hace falta indagar más? Sabiendo una regla gramatical puede suponer que ya podemos producir todas las oraciones posibles de una estructura determinada. ¿Qué os parece esta? "Ésta es la taza de la cual me gusta beber el té de las cinco? Gramaticalmente, perfecta. Pero ¿cómo suena?

Y, en cuanto al aprendizaje de léxico ¿cómo lo has hecho? ¿Olvidas muchas palabras que salen en clase? ¿Solamente te suenan algunas? ¿Por qué? ¿Cómo has organizado el vocabulario que has ido encontrando en clase y fuera de ella? ¿En listas, mapas conceptuales? ¿Tienes muy claro lo que es útil para ti y que te gustaría utilizar de modo más activo? (porque no hace falta aprender de la misma manera todas las palabras que salen en clase o en tu contacto con la L2).
En relación con las cuatro destrezas, vamos a centrarnos primero en la expresión escrita. ¿Cuántas redacciones has escrito por ordenador? (Pregunto esto por la siguiente pregunta). ¿Cuántas composiciones has vuelto a escribir después de la corrección hecha en clase con los compañeros o por el profesor? ¿Siempre haces un esquema antes de escribir? ¿Subrayas en lápiz aquellas partes de la redacción que estás segura que están bien (antes de entregarla)?
En la comprensión auditiva, ¿vuelves a escuchar un texto que se ha hecho en clase (aunque lo hayas hecho "bien")? ¿Cuántas veces has visitado una página web recomendada por tu profesor para escuchar algo no preparado exclusivamente para el aula de idiomas? Si no tienes el software, ¿lo has intentado en la sala de recursos? Si las actividades de comprensión oral te crean ansiedad ¿has hecho algo para ayudarte a ti mismo? ¿Has utilizado alguna vez un "audio book"?
En la comprensión lectora, aparte de lo que manda el profesor ¿te atreves a leer otros tipos de textos, de diversas fuentes al margen del nivel que tengas? ¿Has dedicado tiempo a tus "hobbies" a través de la lectura en la L2?
Y finalmente, en cuanto a la expresión oral,¿has intentado participar en clase todo lo que has podido a pesar de las dificultades que puedas tener? ¿Has buscado maneras de practicar la lengua meta fuera del aula? ¿Sabes algo sobre qué posibilidades existen en Pamplona para practicar la L2? ¿Has hablado con tus compañeros de clase sobre esto? ¿Estarías dispuesto a hablar en la L2" fuera del aula aunque no estuviera siempre presente una persona nativa?
Para acabar, permitidme contaros una anécdota que me pasó hace algunas años en esta escuela. A mediados de junio, una alumna apareció en el centro acompañada de sus padres orgullosos – la hija acababa de sacar el quinto de inglés. Quería, en primar lugar, darme las gracias (pero ella hizo la prueba, yo no) y en segundo lugar, preguntarme lo que podría hacer en el futuro próximo. Le dije que disfrutara de la herramienta que poseía y disfrutando siempre le daría la oportunidad de aprender más. Me comentó que pensaba empezar alemán. Bueno, eso también, está bien. Espero que hayáis podido sacar provecho de este último curso y sólo me queda desearos un buen verano (¡aunque para algunas personas será más corto que para otras!) Y, por cierto. A ver si practicáis algo en San Fermín (si estáis, claro).Ya falta menos.