. Preguntas desde el aula

 

Michael McGrath (Profesor del Dpto. de Inglés)

Este artículo trata el tema de los roles que desempeñan los alumnos y los profesores en el aula de idiomas.

Si los alumnos se acostumbran a que el profesor les conteste y les explique todo a la primera, el aprendizaje del aula se convertirá en un tipo de rito, es decir, en en hacer las cosas por hacerlas, sin pensar demasiado en ellas

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Cuando suena el timbre (bueno, como ya no hay timbre en la EOIP, lo tomamos como una metáfora) para anunciar el final de la clase, el profesor explica a los alumnos la tarea para la próxima sesión o la próxima semana. Además de preguntarme porqué, a menudo, se trata la tarea o el trabajo fuera del aula al final de la clase, cuando algunas personas ya tienen el pasamontañas puesto u otras están ya en el ascensor con el MP3 puesto, me planteo otra pregunta que me gustaría compartir con vosotr@s y es: ¿quién decide los deberes de casa? Supongo que es el profesor quien normalmente decide, creyendo que la tarea propuesta les servirá a los alumnos a hacer una serie de cosas; por ejemplo, preparar una actividad que se llevará a cabo en una próxima sesión, comprobar, mediante ejercicios, su nivel de dominio de algún aspecto de la L2 o simplemente practicar alguna destreza en concreto. Sin embargo ¿no sería mejor, en muchos casos, que el alumno decidiera lo que mejor le conviene hacer? Si, por ejemplo, un alumno se da cuenta de que su vocabulario es bastante limitado a la hora de expresarse tanto oralmente como por escrito y ha decidido trabajar este aspecto, puede que se dé el caso de que la(s) tarea(s) que "manda" el profesor no responda(n) a esta necesidad. (¿Cuántas veces vemos que la tarea sirve para suplir la falta de tiempo de clase para realizar todas las actividades que se proponen?) Creo que el alumno debería sentirse con la suficiente confianza como para pedir al profesor algún tipo de ayuda en forma de sugerencias y orientación. Este ejemplo es uno de varios que se pueden encontrar en el aula cuando nos referimos a la pregunta ¿Quién hace qué? Veamos otros.

¿Quién explica el nuevo vocabulario que sale en clase? ¿El profesor?
Sinceramente, opino que sería muy beneficioso para el grupo y para cada miembro del mismo si los alumnos se encargaran más de esta responsabilidad. Imaginemos la siguiente situación en clase: Aitor: ¿Qué significa X? Profesor: ¿Has utilizado el contexto para ayudarte? ¿O se parece a alguna otra palabra que conoces? Aitor: Sí lo he hecho pero no tengo ni idea. Profesor: ¿Puede alguien ayudarnos? Belén: Creo que tiene algo que ver con una complicación. Profesor: Ah. Ah. Gracias Belén. ¿Alguien más? Conchi: Para mi es algo como "fastidioso". Profesor: ¿Fastidioso? Bueno. Es interesante lo que dices. Bueno, vamos a ver. Aitor, coge el diccionario monolingüe de la mesa y busca X. Lee la definición, por favor, y veremos si se ajusta más a la definición de Belén o a la de Conchi. Lee en voz alta, por favor, para que oigamos todos. (Aitor lee). Gracias. Bueno, David. ¿Qué te parece? David: La de Belén. Profesor: Vale. Aitor, seguramente hay un ejemplo también. Nos lo puedes leer, por favor?... A lo mejor muchas personas dirán que hacer esto con cada palabra que sale sería una pérdida de tiempo porque hay que hacer más cosas en clase. Obviamente. Pero yo insisto mucho en la calidad de la experiencia del aprendizaje y la implicación de los alumnos. Son ellos los que están aprendiendo. Además, en el futuro estos alumnos se acostumbrarán a levantarse durante cualquier actividad de clase para coger el diccionario sin "pedir permiso" al profesor. ¿Qué pasaría si éste diera la definición siempre? Ahora pasemos a la gramática para ver otro ejemplo parecido.

¿Quién contesta las preguntas de los alumnos sobre la gramática?
¿El profesor? Para contestar esta pregunta nos puede ayudar imaginar el aula como un frontón (pero falta el
profesor a causa de una lesión importante en la zona de los escafoides) y las pelotas que se lanzan contra la pared representarán las preguntas que hacen los alumnos. Las pelotas volverían rápidamente, a veces con efecto, y los alumnos tendrían que arreglárselas para finalizar el punto con éxito. Como insinuaba arriba, si los alumnos se acostumbran a que el profesor les contesta y les explica todo a la primera, el aprendizaje del aula se convertirá en un tipo de rito y, como sabemos, el rito consiste en hacer las cosas por hacerlas sin pensar demasiado en ellas ("going through the motions" en inglés) y esto no debería ser así. Imaginemos que un alumno hace la siguiente pregunta: ¿Por qué funciona X de esa manera?" De las siguientes respuestas del profesor, ¿cuál te convencería más?

1) "Porque es así."

2) "No sé. Pero pasa muchas veces así que es importante saberlo a la hora de practicar."

3) "Interesante pregunta...¿Qué opinan los demás? En grupos de tres, hablad y a ver lo que pensáis y luego lo ponemos en común y si podemos hacemos una hipótesis que nos pueda servir. ¿Vale? Adelante".

4) "¿Por qué funciona de esa manera? Bueno. Coge el diccionario "mono" y comprueba que es realmente así y luego, si es así, intentaremos entre todos a sacar unos ejemplos útiles que nos puedan servir."

5) "Bueno. Este verbo se puede denominar "ditransitivo" porque, como veis, hay dos complementos u objetos que no se encuentran en una relación intensiva y lo que sucede es que, claro, los alumnos que tenéis el español como lengua materna soléis confundir el aspecto, o mejor dicho, el concepto de la relación de los... bla bla bla."

Si yo fuera alumno, desde luego, la "5" no me convencería en absoluto. Podría pensar: "Este profesor tiene muchos conocimientos, tiene mucha preparación, es muy listo pero yo no me entero de nada. A lo mejor, soy un poco tonto."
(Antes de pasar a la última pregunta, me gustaría dedicar unas líneas a la gramática en el aula de la L2. Creo que deberíamos reflexionar sobre el trato que recibe este aspecto. En muchos casos, los ejercicios de gramática se centran excesivamente en la producción de frases correctas y habrá alumnos que tienen la impresión de que un dominio de estas frases correctas es idéntico al dominio de la gramática de la L2. Pero eso NO es verdad. Es mucho más complejo (¿un tema para un próximo artículo?). Además, quisiera llamaros la atención sobre los contenidos gramaticales del currículo de idiomas. Pongo un ejemplo, pero hay bastantes más, de la dudosa utilidad de tratar ciertos aspectos de la L2 en el aula de una manera tan sistemática, recurriendo a reglas (como nos gustan las reglas) que dicten el modo de expresar la estructura que se quiere emplear. Al analizar el "corpus" del inglés, Willis (1.990), llegó a la conclusión de que el llamado "estilo indirecto" NO es una categoría válida en una gramática pedagógica, ni siquiera en una formal. ¿Por qué ocupa tanto sitio en los ejercicios de gramática? Algo sobre lo que pensar, ¿no?)

Un último ejemplo. ¿Quién decide los temas de clase?
En junio, los profesores del nivel eligen un libro de texto. En septiembre, lo presentan y en octubre, el grupo trata el tema de la unidad 1 que es "La apariencia y la personalidad." (Vale. Ya sé que hay departamentos o profesores que no utilizan libro). Digo esto sin ánimo de criticar sólo, sé que esto es lo que pasa muchas veces. ¿Y si los alumnos pudieran elegir los temas, o al menos, si tuvieran la oportunidad de elegir algunos? Seguramente, algunos profesores dirían: "Si les das la oportunidad de elegir, no la quieren y te dejan vía libre porque tienen suficientes preocupaciones en la cabeza y no quieren más". Quizá, en algunos casos, sea así pero creo que los profesores deberíamos insistir en esto porque, al fin y al cabo, la experiencia del aprendizaje resultaría más rica y más efectiva si los alumnos se implicaran más y elegieran los temas que más les interesan. Si tienes alguna pregunta o un duda respecto a este artículo, puedes ponerte en contacto conmigo, enviando un e-mail a esta dirección: mmigrath@pnte.cfnavarra.es