.Javier Fresán

Texto: Aritz Ibañez

Ganador de la Olimpiada estatal de matemáticas y estudiante de la Escuela de Idiomas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Disciplina, voluntad y ganas de hacer las cosas. Son los secretos de Javier Fresán, un joven polifacético, que a sus diecisiete años domina el inglés y el francés, está aprendiendo italiano en la Escuela y acaba de proclamarse ganador de la Olimpiada estatal de matemáticas. Querer es poder.

Estudias segundo de bachillerato en el Instituto de Barañain, tocas el clarinete, este año has ganado la Olimpiada de matemáticas a nivel estatal, hablas inglés y francés y estás aprendiendo italiano. ¿Eres lo que se llama un "cerebrito"?

Javier: Bueno, no sé qué decirte. Tampoco me molesta. Se puede decir que es un cumplido. Es verdad que me gusta hacer un poco de todo. La gente me pregunta cómo lo hago, para compatibilizar tantas cosas en tan poco tiempo. Yo les contesto que organizándome un poco. A nada que te organices da para todo.

¿Cómo comenzó tu relación con los idiomas?

Javier: Empecé en el colegio estudiando inglés, como todo el mundo. A mi me tocó empezar en tercero de Educación Primaria, con diez años. Tuve un contacto tardío porque ahora empiezan desde los tres años con la inmersión lingüística. En 1º de ESO empecé con el francés, en el instituto. También seguí con el inglés y me saqué el título por libre en la Escuela de Idiomas. Siempre me han gustado mucho los idiomas. Hace dos años me apunté a italiano.

¿Por qué italiano?

Javier: Los idiomas oficiales que se ofertan por la tarde son francés, inglés, euskera, alemán e italiano. Los dos primeros ya los tenía más o menos encarrilados. Me apetecía mucho estudiar italiano o alemán y me inscribí en los dos. A última hora me decanté por el italiano. Es un idioma que tiene mucha relación con la música y así puedo leer a autores italianos.

Seguro que ya tienes en mente aprender algún otro idioma.

Javier: Me apetece aprender ruso. He aprendido algo con unos libros y con la ayuda de una amiga que vivió en Rusia. Pero es un proyecto para el futuro. También quiero aprender euskera.

¿Qué diferencias percibes entre estudiar un idioma en el instituto o en la Escuela de Idiomas?

Javier: La diferencia principal es el público. Se supone que los que van a la Escuela de Idiomas, y sobre todo en italiano, es porque tienen interés en aprender esa lengua. El ambiente es de aprendizaje. Se tratan más contenidos de gramática, se realizan actividades alternativas,... Los contenidos de lo estudiado en el instituto están bien como base. Eso sí. No se puede aprender un idioma con tres clases a la semana. Hay que ver películas, escuchar música, leer,... esas cosas que no se hacen en el instituto.

También te dedicas a la música.

Javier: Toco el clarinete en la banda de Barañain. Llevo ocho años estudiando. Hace poco hemos estado tocando en Alemania. Me lo paso muy bien.

Además de todo esto en marzo te proclamaste ganador de la Olimpiada de matemáticas, en Santiago de Compostela.

Javier: Siempre me han gustado las matemáticas, pero en 3º de ESO tuve una profesora muy buena. Además es entonces cuando se empieza a estudiar unas matemáticas más interesantes. Comencé a conocer el mundo de resolver problemas, que es muy interesante y bastante distinto a las clases del instituto. Cuando conocí la Olimpiada decidí presentarme. Primero fue la fase navarra, en enero. Dos semanas después dieron a conocer los resultados y la fase final fue en marzo, en Santiago.

¿Qué diferencias existen entre la manera de trabajar en clase y lo que es la Olimpiada en sí?

Javier: Los ejercicios de clase, con un mínimo grado de imaginación, son básicamente repetir la explicación teórica. Quizá haya que hacer un pequeño razonamiento, pero con aplicar una fórmula o hacer un cálculo se resuelven. En la Olimpiada los conceptos matemáticos no tienen mucho peso. Hay que coger un poco de aquí, un poco de allí, hacer relaciones que no has estudiado en clase, para explicar el problema. Un poco de geometría, un poco de análisis,... Lo más importante es la imaginación.

Según tenemos entendido en el futuro quieres dedicarte a las matemáticas.

Javier: Lo de estudiar ciencias matemáticas ya lo tengo decidido desde hace tiempo. Seguramente el año que viene me iré a Madrid a estudiar en la Complutense. Después me gustaría dedicarme a la enseñanza, a ser posible en la Universidad, para poder investigar. El resto de campos los cultivaré de forma alternativa, por afición.

¿Cómo es un día de Javier Fresán?

Javier: Por ejemplo el lunes. Me levanto sobre las siete, siete y media. Entro al instituto a las ocho y cuarto, y tengo clase hasta las dos y cuarto. Vuelvo a casa, como a todo correr y mi padre me lleva a la Escuela de Idiomas, porque sino no llego. A las tres y media empiezo italiano, hasta las cinco. Vuelvo en autobús y aprovecho para estudiar y leer. De nueve a diez tengo clase de clarinete.

¿Un consejo para la gente que dice que no tiene tiempo para hacer las cosas a las que se compromete?

Javier: Que sí que lo tiene. La cuestión es organizarse para buscar ese tiempo. Quitando las horas de sueño todos tenemos el mismo tiempo durante el día. Se trata de cómo utilizarlo.

¿La gente malgasta su tiempo?

Javier: Eso es muy relativo. Yo no utilizaría en lo que lo gasta mucha gente. Pero cada uno emplea su tiempo en lo que cree oportuno.

¿Cuál es la base para poder realizar tantas actividades como realiza tú?

La base seguramente sea querer hacerlas. Cuando las quieres hacer sacas tiempo de donde sea. Y después, tener cierta costumbre y un poco de disciplina.