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.¿Y el futuro...?
Texto: Michael McGrath
 

 

 

Segunda Parte

 

 

 

 

 

 

 

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Si os interesa leer algunos trabajos de Francois Grosjean, un autor célebre en la investigación del bilingüismo, he aquí dos ejemplos interesantes:

Grosjean, F. (2001) “The bilingual´s language modes.” In Nicol, J. (Ed.) “One mind. Two languages: Bilingual Language Processing. Oxford. Blackwell.

Grosjean, F. (1996) “Living with two languages and two cultures”. In Parasnis, I (Ed.) Cultural and Language diversity and the Deaf exerience. Cambridge University Press.

“Pienso constantemente en las personas bilingües quienes, de alguna manera, desprecian su bilingüismo porque no dominan los (dos) idiomas al mismo nivel. Esto hace que se sienten inseguros en cuanto a su capacidad como comunicadores. Esta situación me entristece mucho. Todas las personas bilingües deben tener sentimientos positivos hacia su bilingüis-
mo”.
Francois Grosjean.

En el último número del Vox Populi conocimos a Meghavi Chapman Azpirotz a propósito del artículo sobre bilin- güismo. En este segundo vamos a conocer a XXX pero primero vamos a repasar algunas ideas sobre el fenómeno de multilingüismo. Más que ideas, son posturas que algunos investigadores defienden y creo que merece la pena reflexionar sobre ellas para que podamos sacar nuestras propias conclusiones.- El bilingüismo es el uso de dos o más idiomas en la vida diaria de uno y NO es el saber dos (o más) idiomas de igual manera (como piensa la mayoría de personas monolingües).

- El bilingüismo está muy extendido y es lo más normal (no es la excepción).

- El punto de vista tradicional sobre el bilingüismo ha influido de manera muy negativa en las actitudes hacia el bilingüismo. Por ejemplo, muchas personas bilingües son muy críticas de su propia competencia lingüística e incluso no se consideran bilingües.

- Una persona bilingüe utiliza dos idiomas - a la vez o por separado- con propósitos diferentes, en diferentes contextos y con personas diferentes. Y como las necesidades y los usos de cada idioma son generalmente diferentes, la persona bilingüe rara vez llega a un dominio completo en los dos.

- En su vida diaria, los bilingües se encuentran en una multitud de situaciones que requieren una manera particular de actuar y de expresarse. Este hecho explica fenómenos tales como, la interferencia, cambios de código, prestaciones etc.

Mucha gente cree que está muy bien que un niño hable dos o tres idiomas en su entorno familiar y si lo hace de una manera natural esta adquisición tiene más ventajas que si lo ha aprendido de manera consciente. Pero ¿qué pasa a la hora de aprender a leer y escribir en varios idiomas? Ya veremos en el siguiente reportaje...

Beñat (12 años) y Gilen ( 10 años) Diez de Ulzurrun Castaing tienen la suerte de vivir en tres idiomas: el euskara, el francés y el castellano. Su madre. Martina, es de Pau donde creció hablando Bearnés y francés y su padre, Mikel, es de aquí de madre guipuzcoana y de padre de Iruña. Al nacer Beñat, el primer hijo, los padres no dudaron en qué idioma le iban a hablar: La madre en francés y el padre en euskara. este fenómeno parece bastante establecido en los casos de bilingües “equilibrados.” Los padres no mezclan los idiomas. No hacía falta seguir los consejos de un lingüista experto; salió de manera natural. Así fue también en el caso de Gilen. Lo único cuando Beñat quería hablar con su hermano pequeño no estaba muy seguro en qué idioma hablarle.

Beñat estudia en el Instituto de Iturrama mientras su hermano va a Hegoalde ikastola. Al empezar la ikastola. ninguno de los dos hermanos tuvieron demasiados problemas en sus primeros contactos con niños castellanoparlantes. Sus padres tuvieron la buena idea de mandarles a la guardería (bueno, ahora se llama “escuela infantil”) en castellano. Así esta primera experiencia no resultó tan chocante.

Cuando están los cuatro juntos en casa hablan en francés y esto (además de las visitas frecuentes a Francia) ha supuesto una buena asimilación de la lengua de su madre. Si alguien que no sepa ni el francés ni el euskara, les hace una visita a casa, naturalmente pasan al castellano pero seguramente los chavales pueden pasar mensajes secretos en otro idioma. Por cierto, cuando están los hermanos haciendo una actividad a solas suelen hablar en euskara.

Obviamente al crecer, la motivación de las personas cambia y las experiencias nuevas aumentan y todo esto puede incidir en nuestras reacciones o actitudes de manera positiva o negativa. Hace algunos años, por ejemplo, uno de ellos pensaba que no hablaba el castellano tan bien como sus compañeros de clase. Pero, por lo general, hasta el momento, los dos hermanos no sienten muy incómodos en los tres idiomas y no hay signos de rechazo. Una cuestión que nos interesa mucho a las personas que estudian el aprendizaje de idiomas es la alfabetización. Una cosa es que un niño adquiera un idioma oralmente “sin esfuerzo” pero otra cosa es que pueda mantener un buen nivel más tarde en lo que se refiere a la comprensión y la expresión escrita. Este factor puede ser causante de las variedades de bilingüismo que existen: ¿Qué preferencias o dificultades hay a la hora de utilizar un idioma u otro? En el caso de los hermanos Diez de Ulzurrun Castaing, no hay grandes problemas. Para Beñat, el escribir en francés tiene sus dificultades porque “no se escribe como se pronuncia” y hay muchos acentos pero no supone un obstáculo. a los dos les gusta leer pero según en qué momento habrá que convencerles. Los hermanos tienen la suerte de contar con el apoyo de sus padres en sus quehaceres diarios en los tres idiomas. Dicho apoyo es fundamental para llegar a ese estado de persona bilingüe equilibrado.

Una cuestión que quería tratar es la del inglés. Los dos hermanos lo estudian en sus centros respectivos. Los dos comentan que les sorprende un poco la pronunciación (especialmente cuando ven la forma escrita) pero el mayor me asegura que va “cogiendo el truquillo.” Los dos dicen que les gusta.

Beñat y Gilen representan otro ejemplo más de niños que viven diariamente en varios idiomas. No son superdotados. Son chavales majos y normales. Les gusta el fútbol (Osasuna), la pelota, jugar en el ordenador, ir al monte... Y, por lo visto, cada vez va a haber más niños y niñas como ellos. ¡Qué suerte tienen!