Historia de.

.un edificio

 

Texto: Vox Populi

 
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Si eres observador, verás que el edificio que acoge a la Escuela de Idiomas de Pamplona, es una construcción que conserva todavía vestigios de un pasado solemne, religioso, docente y hasta militar. Si sus paredes pudieran hablar, facilitarían material para un buen número de guiones, tanto cinematográficos como literarios. Su origen se remonta a la época medieval de la capital de viejo reino, cuando esto de la enseñanza de idiomas debía sonar a entelequia delirante. Su actual emplazamiento está en la Calle de la Compañía, una antigua vía de la Ciudad de la Navarrería., y el origen del nombre, es el propio comienzo de su identidad. Su epígrafe procede de la orden religiosa que se instaló allí, la Compañía de Jesús, cuyo título ya aparece en documentos del siglo XVII, y que acabó simplificándose hasta la actual Calle de la Compañía.

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Según relata José J. Arazuri en su libro ‘Pamplona, calles y barrios’, el 29 de noviembre de 1577, llegaron a Pamplona los padres Juan Bautista Martínez y Diego de Lugo a predicar los sermones del Adviento, causando gran impresión con su maravillosa oratoria que, por deseo general del pueblo, volvieron en la Cuaresma. Un caballero navarro, señor de los lugares de Eriete e Ipasate, militar que había luchado en Italia con el grado de Maestre de Campo, conoció a los padres de la Compañía de Jesús y les ofreció una casa de su propiedad en la Calle del Alfériz (antiguo nombre de esta Calle Compañía que se remonta al siglo XIV), y señaló para el mantenimiento de la residencia una renta anual de 500 ducados.

imagen En esta casa moraron los primeros Jesuitas que vinieron a fundar residencia en Pamplona, y el 29 de abril de 1580 quedó canónicamente establecida en Pamplona la residencia de la Compañía. Pero, la llegada de los padres Jesuitas a Pamplona provocó una serie de protestas, roces y, hasta la representación de un comedia con el exclusivo fin de ridiculizar a la Compañía. El primer Estudio abierto por los Jesuitas tuvo tanto éxito y provocó tantos enconos y protestas, que los Padres se vieron obligados a cerrarlo. No obstante, pocos años más tarde, en 1797, el Ayuntamiento reconoció que se había visto por experiencia que en el tiempo que los Padres Jesuitas tenían los estudios, tenían los estudiantes más recogimiento y virtud, por lo que creía conveniente el que se hiciera un convenio con la Compañía, bajo patronato de la Ciudad, para que aquella abriese un Estudio de Gramática, Latín, Filosofía y Teología. Y así se abrió el llamado Colegio de la Anunciata, que persistió hasta que Carlos III decretara la expulsión de los Jesuitas de España.
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En el edificio anexo a la Escuela, la Iglesia de Jesús y María, puede todavía leerse el siguiente lema: ‘SEMINARIO EPISCOPAL ERIGIDO DE ORDEN DE SU MAGESTAD EL SEÑOR REY DON CARLOS TERCERO, AÑO 1782’ (debajo aparece esculpido un báculo y una mitra). Este fue el destino, tras la expulsión, de los Jesuitas de España de aquel primer convento de la Compañía.

El seminario se transformó en el siglo XIX en cuartel de Infantería, llamado Cuartel de la Compañía. Más tarde se instalaron en él escuelas públicas, también llamadas -cómo no- Escuelas de la Compañía, que funcionaron en este viejo caserón hasta 1954 en que se trasladaron al entonces nuevo y contiguo grupo escolar construido en la Plaza de la Compañía. Posteriormente el antiguo edificio fue utilizado como almacén de los Gigantes y Cabezudos de Pamplona, Laboratorio Municipal y hasta Perrera.

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En los años noventa, como muchos de nosotros pudimos observar, las escuelas públicas contiguas fueron demolidas dando paso de nuevo a la Plaza de la Compañía -la historia tiene estos caprichos- más un inefable aparcamiento subterráneo, y el viejo edifico, totalmente restaurado y acondicionado, pasó a ocupar desde el año 1984 la Escuela Oficial de Idiomas. Como ves, el pasado de este edificio histórico, testigo de los avatares de nuestra ciudad y de sus gentes, tiene por sí mismo una añeja hoja de servicios. Actualmente, como Escuela de Idiomas encara el siglo XXI como si de una reciente y moderna edificación se tratara. De hecho, estamos a punto de abrir la que será su entrada principal por la Plaza -en vez de la estrecha Calle Compañía-, junto con algunas y próximas mejoras más, quizá la incorporación de nuevos idiomas, tal vez una Biblioteca... El futuro lo dirá.